Pretenden con gran vehemencia, y premeditada saña, borrar el nombre de España, demostrando su indecencia. E impulsan con virulencia, su negro plan proyectado, (de engaños aderezado) buscando ardorosamente, hurgar dentro de la mente, hasta que lo hayan logrado.
El ejemplo concluyente, está en nuestra selección, donde la mala intención actúa de forma creciente. Porque resulta evidente, así al menos se me antoja, (y me llena de congoja) que se use una cabriola, no llamándola española, para decirle la roja.
Pero yo conozco a España, y sé que, a los españoles, no nos imponen los roles nacidos de una artimaña. Y confío en que la patraña, que el adversario enarbola, se transforme en la aureola que reclama la razón, llamando a la selección: LA SELECCIÓN ESPAÑOLA.
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