Las noticias difundidas por los telediarios están llenas de soflamas en las que nos vuelven a dividir en dos españas a aquellos que estamos hasta las narices del recuerdo de un turbio pasado y la vivencia de un asqueroso presente, lleno de puñaladas traperas y de escasa o nula habilidad para resolver los problemas actuales.
A los miembros del segmento de plata se nos ha olvidado el franquismo y la lejanísima república, imaginaros lo que les importa a nuestros hijos y nietos. En el colmo del descaro nos piden que nos olvidemos de los atentados separatistas y nos recomiendan que odiemos a los españoles que llevaron a cabo la transición. Entre tanto se cargan las clases de religión, nos meten el catalán por “coj…”, enaltecen el Halloween y no se cargan la Navidad porque vende y hay que poner lucecitas. ¡¡Menuda tropa!! ¿Por qué no se preocupan de arreglar la situación económica, sanitaria y social, en lugar de echarle leña al fuego y vender el resto de España a los separatistas? Lo hacen a cambio de un “permiso” para aprobar los presupuestos que les permitan están otra temporada en la poltrona. ¿Por qué no buscan un proyecto común y se centran en lo que nos une en vez de lo que nos separa? Espero que algún día descubran el porqué, el para qué y el cómo les hemos votado los españolitos de a pié. Ese día se preocuparan menos de conservar el cargo y más a servir al país. Acabo de leer un ejemplo de una mujer política correcta, sincera y consecuente. Se trata de la primera ministra sueca. Publica el diario el País: “Menos de ocho horas después de su elección en el Parlamento, la nueva primera ministra sueca, Magdalena Andersson, tuvo que dimitir este miércoles tras el fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno. "Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho", declaró la dirigente socialdemócrata, añadiendo que espera ser reelegida en una próxima votación”. A ver si aprendemos. Y dejamos de tirarnos los trastos y hacer el ridículo ante los españoles y el resto del mundo. Que sepan que ¡¡ESTAMOS HARTOS!!
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