España no se cansa de pedir fondos europeos a Europa, con la disculpa de la recuperación y la necesidad de modernizar el país. Pero resulta que ciertas cantidades importantes de esos fondos van a parar a los sindicatos clasistas para el arreglo de sus sedes. El caso es que la Unión Europea ha bloqueado diez mil millones de euros porque ese no es el destino de los fondos; estamos hablando de 100 millones de euros, cuyo destino son obras de rehabilitación energética en las sedes sindicales. Se llama despilfarro. ¿Serán capaces esas anquilosadas organizaciones de devolver el dinero que robaron a los parados andaluces y se gastaron en todo menos en lo que debían hacerlo?
Pedro Sánchez «El mentiroso» tiene un problema serio, al que se añade la falsedad de los Presupuestos Generales del Estado para 2022, donde ha incluido partidas que dependen de esos fondos. ¿Y si se congelan como se han congelado otros? Estamos instalados en la gran mentira, en el engañoa Europa y en la patraña de un Gobierno descentrado y torpe; ahí tienen las consecuencias del Ministerio de IGUAL DA que ha tenido que solicitar una ampliación de crédito para pagar a la inservible tropa de asesores, muchos de ellos delincuentes condenados por los tribunales por causas diversas y otros pendientes de condena. No por casualidad es el ministerio recogedero de faltones, voceras, condenados, pelamanillas… Toda una tropa que nunca las había visto igual de gordasy con sueldo fijo. Recuerdo que la propia líder de «Hundidas Podemos» incidió en que un muy elevado porcentaje no pasa del nivel de bachillerato. Ahí lo dejo.
Acaba de saltar la noticia de que la ERC del iluso y faltón, Gabi Rufián, empuja aBildu ya la bandera de Puigdemont (JxCAT) a no aprobar los presupuestos en el Senado. El Gobierno no es capaz de planificar lo que debe ser el tejido industrial y su modernización; si piensa que esa modernización pasa por forzar a Netflix a poner «pelis» en suajili, keniata o catalán, entonces sí que vamos de culo y cuesta arriba. Hace tiempo que el servicio de «streaming» Netflix anunció que nunca trabajaría con lenguas ni dialectos minoritarios en franco retroceso, inestables o en vías de desaparición. Y mucho menos con lenguas forzadas políticamente. Vamos, que Rufián puede seguir con sus habituales tonterías, exigencias catalanistas y tocando la zambomba navideña.
Por otro lado, la Generalidad se declara insumisa lingüística y reta al Tribunal Supremo. A ello se une que Puigdemont lleva la delantera a la Judicatura española, la torea a la luz de la luna, la reta en Waterloo y acaba haciéndola la peineta. Y, claro, en vista de esa insubordinación, no faltarán comunidades autónomas que sigan semejantes caminos con otros asuntos de más o menos envergadura: ahí tienen al obediente incendiario, Alfonso Fernández Mañueco, haciendo patria con las pistas de esquí de Navacerrada, tras comprobar la brutalidad del Gobierno socialcomunista; una actitud que hubiera pasado por alto de haber sucedido en Tabarniao en Tractoria: «nuevo territorio español que tiene su origen en la antigua y desaparecida Cataluña», dirán los futuros libros de texto.
No piensen que en educación están pacificados el camino y los ánimos. Isabel Alegría defiende que todo el alumnado alcance el título de la ESO sin más esfuerzo que su presencia en el aula, a la vez que el real decreto de evaluación --aprobado a mediados de noviembre-- hace de la repetición algo excepcional. Se eliminan las recuperaciones finales en el tramo de la educación obligatoria. El incendio ha comenzado y la «quema de brujas» no se detendrá porque no debe detenerse.
El Consejo de ministros debería sentir vergüenza propia por aprobar el real decreto de evaluación, promoción y titulación. Si pretenden que sea la pauta a seguir en todas aulas de colegios e institutos, el Ministerio de Educación y FP se va a estrellar porque el profesorado, como siempre, adoptará las medidas más oportunas y tendentes a conseguir que la calidad no descienda, así como que tampoco se resienta la igualdad.
Un dato es evidente: la reducción de las repeticiones no va a rebajar el abandono escolar temprano. Esos dos lastres se combaten de otra forma y con otros métodos. La torpeza ministerial nunca supo verla desde la eliminación de la LOMCE; ésta sí elevó las repeticiones, pero fue debido a que la exigencia era mayor, el esfuerzo lo requería y la preparación mejoró esos años. Todos los «torpedos» contra el exministro Wert, y los cientos de improperios que recibió desde la ruinosa izquierda, se convirtieron en alabanzas y reconocimiento en la Unión Europea; incluso, la siniestra más sensata –que es muy poca—ha acabado por reconocerlo con el tiempo.
También los ganaderos, agricultores y otros sectores productivos se han hartado de la desidia del abominable Gobierno de la izquierda y ultraizquierda. La ruina de esos sectores ha alcanzado el clímax con la esperpéntica ministra comunista de Trabajo, con quien el paro no deja de crecer mes tras mes. Una salvedad: con los criterios fijados por el Gobierno, estando en el paro no todos son parados, de ahí el engaño de las cifras y las mentiras del Ejecutivo. La economía se les ha ido de las manos, como se les fue la pandemia tras la primera semana y los ERTE. Doy fe.
Este Gobierno destroza cuanto toca, por eso le saltan «gazapos» a cada paso. ¿Alguien lo duda? Y hay muchos más problemas serios que iremos desgranado cada día.
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