El español, Eduardo Barrachina, que dirige la productora Azor Producciones, ha ganado el primer premio de la VI Edición del Festival Internacional de Cine Documental RUSHDOC 2021 celebrado en Los Ángeles (EE. UU.). Es la primera vez que un español gana este galardón en la categoría de naturaleza.
El documental denominado “Iberia, tierra de pasiones” analiza las singulares e impactantes maneras que tienen muchas especies de la fauna española de comportarse en el amor, tanto en lo que se refiere a los cortejos como en lo concerniente al cuidado de las crías.
Es de sobra conocido, que los españoles son considerados los ciudadanos más románticos del mundo. El reconocido director valenciano, Eduardo Barrachina, ha querido plasmar en esta obra un poético paralelismo de comportamiento entre los españoles y la manera apasionada que tiene la fauna de la Península Ibérica a la hora de expresar su amor. Los animales, manifiesta Barrachina, también son muy románticos, ardientes y tiernos en sus actividades de pareja y de crianza.
“Iberia, tierra de pasiones” sigue con su exitosa distribución internacional sin renunciar a futuros y nuevos premios. Este documental ha sido finalista en los festivales internacionales “Film Festival Gödöllo” y en el “S.O.F.A Film Festival” y, además, ha sido adquirido por numerosos canales de TV internacionales y de prestigio como: NationalGeographic, Canal Arte de Francia y Alemania, TV Hong Kong, Odisea, y otros muchos. Está previsto que TVE lo emita a lo largo del año 2022. Según Eduardo Borrachina, este galardón viene a reconocer en cierta manera el trabajo y el prestigio internacional de los cineastas de naturaleza españoles, porque desde la desaparición del añorado Félix Rodríguez de la Fuente, han surgido muchos y de gran nivel. De hecho, recientemente se fundó la asociación “Herederos de Félix” formada por productoras especializadas en documentales de vida salvaje, a la que Azor Producciones pertenece. Barrachina, director de Azor Producciones, resalta que “realizar documentales en España conlleva una dificultad añadida bastante significativa, dado que la fauna salvaje es especialmente esquiva, teniendo que duplicarse los esfuerzos en la filmación de muchos animales”. De hecho, explica Barrachina, “en muchas ocasiones es preciso recurrir a trucos y técnicas muy curiosas, como ocultarse en diminutos escondites poco más grandes que una lavadora y pasarse muchísimas horas esperando a que el animal en cuestión pase por allí y poder filmarlo. Si, además, lo que se pretende es grabar comportamientos íntimos: cortejos nupciales o el cuidado maternal de las crías, como ha sido el caso de este documental premiado, resulta mucho más difícil poder obtener dichas imágenes”.
|