Desde el infinito universo,
mil estrellas convocadas para acunar a un bebé que en abril, prevista tiene su llegada.
Aún no decidieron su nombre, los ángeles no se aclaran, pero llegado el momento con el suspiro del viento harán llegar a sus padres la decisión acertada.
Y cuando nazca… Oh, cuando nazca, yo, su tita, invocaré al agua para que siempre tenga limpia su alma, invocaré al viento; para que la meza dulcemente y tenga dulces sueños, llamaré al fuego; para que el amor nunca falte y el odio, de ella, se mantenga lejos, y, por último, invocaré a la Tierra; madre que nos da sustento, para que su andar sea firme y su rumbo cierto.
Desde ahora envío al futuro un beso que quede prendido en su pecho y sepa que a este mundo llegará acunada con el amor de todos los que la queremos. –Duerme dulce, coge fuerzas, el universo alumbrará tu camino para que no te pierdas.
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