Un año más la 42 edición de Fitur (Feria Internacional de Turismo) ha abierto al mundo el escaparate de nuestra industria turística que para Andalucía supone nada menos que el 13% del PIB. Más allá de las cifras de ocupación hotelera, flujo de viajeros, previsiones de crecimiento, etc. que las autoridades y expertos en la materia ya han trasmitido a través de los medios de comunicación, se me ocurren unas reflexiones al hilo de tan relevante evento.
España es unas potencia turística en el mundo y Andalucía la mayor responsable de ese liderazgo. La presencia en la Feria, de las autoridades en su más alto nivel nacional o autonómico, junto a las administraciones locales y provinciales, así como la de cientos de empresarios del sector, son una garantía de que el turismo solo se puede sostener e impulsar con la implicación y colaboración público-privada.
Llevamos ya dos años que la pandemia mundial ha castigado duramente al alto nivel que había alcanzado el desarrollo turístico de España y Andalucía a finales del año 2019. Hoteleros, restaurantes, agencias de viajes, taxistas, comerciantes y empleados en general han sufrido un largo invierno turístico que ha dejado en el camino miles de empresas y comercios, cerrados o pendientes de ayudas y subvenciones públicas para poder sobrevivir.
No es exagerado calificar de héroes a los empresarios y trabajadores que han sobrevivido al tsunami de esta crisis y que ahora en el albor de un nuevo amanecer primaveral turístico, esperan rehacerse y continuar la senda de crecimiento que durante el pasado verano se ha vislumbrado gracias al turismo nacional, que en Málaga, por ejemplo, ha roto todas las previsiones.
El turismo, además de los clásicas exigencias de calidad en las infraestructuras, en la prestación de los servicios y un alto nivel de seguridad personal y colectiva para nuestros visitantes, requiere elementos no menos importantes como son la estabilidad política en el gobierno de las instituciones para que sean eficaces, confianza para los inversores y unosempresarios audaces e innovadores que creen empleo de calidad en el sector.
El Gobierno de Sánchez no debe escurrir el bulto bajo la excusa de la “cogobernanza federalista” que se ha inventado y facilitar, en un momento de grave crisis como la que está viviendo el sector, el acceso a los Fondos de Recuperación Next Generation y como ha pedido el Presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, invertirlos en tres o cuatro proyectos turísticos de nivel nacional.
Preocupa y mucho que junto a las torpes declaraciones sobre el turismo de la Ministra del ramo Reyes Maroto y la de su compañero Garzón, se haya levantado una nueva polémica sobre la distribución y ejecución de los Fondos de Recuperación europeos. La incertidumbre es la mayor enemiga del desarrollo turístico y Sánchez y su gobierno son unos maestros en sembrarla.
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