En las instituciones donde existe la jerarquía siempre hay personas capaces e incapaces. Las primeras se dedican a trabajar en silencio poniendo lo mejor de su saber al servicio de llevar a buen término el quehacer que los ocupa. Los segundos, es decir, los incapaces son los llamados trepas que a lo único que dedican su tiempo es a intimidar, crear discordia, interferir ya que por sus propios medios no conseguirían nada y mal meten todo lo que pueden. Buscan siempre una víctima propiciatoria para llegar a conseguir su meta y como lo que abunda en este momento político son mediocridades, les resulta fácil encontrarlo.
En mi anterior artículo dije que no todo el que lo pretende puede ser líder pues es algo que no se aprende, se deben tener unas capacidades que se pueden reforzar con inteligencia, pero de donde no hay no se puede sacar. Me gustaría saber qué clase de pegamento dan a los políticos cuando ocupan un cargo para que les sea tan difícil despegare de él, porque demuestran todos que ni con agua caliente se despegan del sillón.
Lo que ocurre en el principal partido de la oposición no tiene nombre. En el momento tan crítico que estamos pasando en el país, que entren al trapo de anónimos e intrigas sin una comprobación previa antes de echar por tierra la labor de una de sus componente, precisamente la que mejores resultados en las urnas ha sacado, demuestra que ni el presidente del partido ni el secretario son merecedores de ocupar tales cargos. Ahora quieren echar tierra encima y como si no hubiese ocurrido nada dejar pasar el tiempo. No se dan cuenta que el tiempo precisamente pone las cosas en su sitio pero ahora no sería conveniente demorar el arreglo de este bochornoso desastre y si pretenden llegar al poder de esa manera tan chapucera, están muy equivocados.
Casado, ¿Dónde está esa dignidad de la que tanto presumes? Deben hacer un congreso nacional extraordinario y que sean ellos mismos, los militantes, los que decidan si deben seguir o nó, los que están al frente, o sean otros. En España se viene demostrando desde que gozamos de democracia que se vota mas con las tripas que con la cabeza sin pararse a pensar que el contenido de las tripas ya en el exterior lo embadurna y mancha todo, por eso pasa lo que pasa.
La social izquierda junto con la extrema izquierda que nos gobierna actualmente no se deja amedrentar y confabula con quien sea y con lo que sea para no perder el derroche de prebendas del que disfrutan y con el mayor embustero, pero líder, que tienen al frente, harán lo pensable e inimaginable para seguir en el poder. El problema está en que la oposición se dedica a moverse entre ellos los sillones para ganar poder. La envidia, el orgullo y el personalismo no llevan a ningún lado bueno, solo dejan entrever la poca categoría personal de los que lo practican.
El PP hoy día no tiene líder, cosa indispensable para atraer a sus votantes y sin cabeza los miembros se dispersan cada uno por libre. Ante una izquierda unida debe haber una oposición de igual medida, con un líder que aglutine a todos, que atraiga a los descontentos sueltos, que son muchos, y que esté unida, no dividida. VOX tiene líder, vocifera pero no ha matado a nadie, tiene cosas en común con el PP y no tiene sentido esa machacona idea de tirarse los trastos a la cabeza para conseguir poder. Una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo. Quiere esto decir, que cuando se gobierna no se pueden llevar a cabo todas las cosas que se dicen cuando no se está, porque la realidad es cabezona y no se deja,
El PP si quiere ser una alternativa eficaz, cosa que se necesita perentoriamente, debe cambiar presidente y secretario del partido, poner en su lugar a un líder que no se avergüence de decir si pacta en caso necesario con vox, que exponga un programa consensuado entrambos partidos, que es bueno un entendimiento para poner un poco de cordura en este desatino que sufrimos, y sacar adelante este país que no se merece esta serie de políticos tan mediocres que padecemos.
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