Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Poesía | Poema | Guerra | Soldado | Odio

​Soldado

Poema
María Beatriz Muñoz Ruiz
lunes, 7 de marzo de 2022, 09:58 h (CET)

Con sangre en mis manos,

miré al enemigo,

Odio, ira, no me reconozco. 

¿Quién soy? 

¿en quién me he convertido?


Perdí mi humanidad con el tercer herido,

cuando te hacen comprender 

que debes matar, 

que no son amigos. 


Entonces… 

nuestras miradas se cruzaron, 

y supe que estaba perdido, 

era mi amigo, 

aquel hombre al que había herido, 

era mi amigo, 

estuvo estudiando conmigo, 

él era mi amigo, 

prometimos que nos visitaríamos, 

pero por falta de tiempo, 

nunca lo hicimos. 


Olvidé al soldado, 

olvidé que debía matar

al hombre que sangraba en aquel camino. 

Olvidé mi bandera, 

solo era un trozo de tela, 

y aquello, una guerra sin sentido. 


Me arrodillé junto él, 

pedí perdón por seguir órdenes

de un desaprensivo, 

de alguien que firma una guerra, 

y se mancha las manos

 con la sangre de nuestros vecinos.


Pedí perdón por ser sicario, 

por cerrar los ojos, 

por disparar sin pensar,  porque soy soldado, 

y los soldados no preguntan, 

solo ponen sus vidas en peligro 

para salvar a su país

de cualquier amenaza, 

defender la tierra

en la que han nacido. 


Pero nosotros éramos los malos, 

los que perturbábamos,

los que matábamos a inocentes, 

los que sin pestañear disparábamos. 


Su vida se fue entre mis brazos, 

mis lágrimas borraron 

al soldado. 


Bajo la lluvia

tan solo quedaron

dos amigos abrazados,

destruidos por un sistema de odio

que ninguno de los dos

había buscado.

Noticias relacionadas

El autor Eduardo Martínez March, quien ha vivido el mundo empresarial desde distintas perspectivas, ha escrito el libro ¿Emprendo o trabajo para otro? con la idea de compartir con el lector sus experiencias en la dirección de su propia compañía, con sus sacrificios y recompensas.

Se ha enamorado de nuevo y ya es toda una mujer, adulta. Le ha pasado de nuevo, ¿será la última vez?

En una época donde los libros eran escasos y las noticias un lujo, los eruditos se devanaban en disquisiciones, mientras la plebe subsistía a base de cocinas rudimentarias y tradición, los nobles delegaban el arte de comer en manos de cocineros expertos. La cocina, así pues, era espejo del rígido orden social: unos cocinaban y pocos degustaban como Dios manda.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto