La Unión por el Mediterráneo (UpM) ha publicado los resultados del primer Informe sobre Igualdad de Género en la región euromediterránea para evaluar la brecha de género, supervisar los progresos y proporcionar datos para las recomendaciones a los responsables políticos. Según el informe, Europa y la región Medio Oriente y el Magreb (MENA) están por debajo de la media mundial del 6,2% de mujeres empresarias propietarias de empresas establecidas (5,3% y 4,5% respectivamente).
Además, estas regiones también tienen los porcentajes más bajos de empresas incipientes propiedad de mujeres (3,4% y 4,1% respectivamente, en comparación con la media mundial del 5,5%), lo que representa una de las mayores brechas de género de todo el mundo. A pesar de las fuertes variaciones entre países, el espíritu empresarial en la región euromediterránea sigue teniendo un rostro masculino, con países como Portugal y Croacia liderando la clasificación en la actualidad con sólo un 37,2% y un 31,5% de mujeres empresarias, respectivamente.
El empoderamiento económico de las mujeres sigue siendo una de las prioridades regionales para la UpM. A pesar de los avances iniciales, la crisis de la COVID-19 ha tenido un efecto de retroceso en la situación económica de las mujeres y ha demostrado la necesidad de un mayor compromiso de los países para proteger los derechos de las mujeres. Se puede observar claramente la creciente participación de las mujeres en la vida pública, pero, en términos de liderazgo económico, las mujeres siguen luchando por romper el llamado techo de cristal. El Vice Secretario General de la UpM, John Paul Grech: “Necesitamos seguir examinando tanto las oportunidades como las limitaciones en la región euromediterránea, para empoderar a las mujeres y niñas, para que tengan voz y un papel en la toma de decisiones, tanto en el ámbito público como privado. Sin una evaluación precisa de la situación, es imposible adoptar medidas eficientes. Los países miembros de la UpM son conscientes de la necesidad de incluir el género en todos los procesos de análisis e, igualmente, la urgente necesidad de armonizar los métodos de recopilación de datos entre todos los Estados miembros”.
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