El dictamen del Tribunal Constitucional para liberar a Fujimori viene radicalizando a multitudes que irán ganando las calles, las cuales pudiesen obligar al Gobierno a evitar la excarcelación de Fujimori planeada para el lunes 28.
TC: Cuarto Poder
Se supone que esta es una instancia para ver temas netamente constitucionales, pero ha contemplado un asunto de indulto. Sus integrantes ya han sobrepasado el periodo por el cual fueron designados (la mayoría lleva 8 años en sus cargos).
A pesar de que hace un quinquenio la corte había desestimado un pedido de habeas corpus para Fujimori, el TC ha pasado por encima de ello. Pareciera que se quiere convertir en una suerte de "cuarta instancia" final del poder judicial e incluso convertirse en un cuarto poder, por encima de las cosas juzgadas o de los poderes judicial, legislativo y ejecutivo. En cierta manera, actúan como una suerte de monarquía o mini-cámara de los lores que suele siempre favorecer a las grandes corporaciones o intereses. Quienes recientemente han desconodio el derecho de los indìgenas a la consulta previa, del pueblo a tener referéndums o del equilibrio de poderes, ahora han tirado al tacho más de 2 décadas de procesos judiciales, y todo en pocas horas.
En el TC, 3 magistrados votaron a favor y 3 en contra de dicha resolución, pero no buscaron que el desempate sea consultado a los 33 millones de peruanos. Al final, quien dirimió fue su nuevo Presidente, Augusto Ferrero, un excandidato a la vicepresidencia del corrupto exalcalde de Lima Luis Castañeda. Ferrero es el único de todos ellos que fue nominado en su puesto en 2017 por el Congreso más fujimorista que haya tenido el Perú post-Fujimori. En las legislativas del 2016, Fuerza Popular logró el respaldo de apenas 1/5 de los ciudadanos registrados, pero obtuvo 3/5 de las bancas.
Ferrero, no solo que fue un magistrado posesionado con los votos de Keiko, sino que poco antes de la votación congresal que lo escogió, él se reunió con la mismísima Keiko, cuestión que él luego confirmaría a la prensa. A pesar de que muchos le pedían que, por ello, se deshinbiera, no lo hizo y él fue quien inclinó la balanza.
Casi nadie en Perú conoce a esos magistrados (y menos aún ha votado para que ellos lleguen a sus actuales cargos). Ellos no han tomado en cuenta el sentir de la población, el dolor de cientos de miles de víctimas de Fujimori, las resoluciones de la Corte Suprema o de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o los enormes gastos en dinero y en decenas de miles de horas hombre en los procesos de enjuiciamiento y encarcelamiento al tirano.
Hasta unas 24 horas de que el TC aborde ese tema, no se sabía que ello pudiese ocurrir y luego, la TV no fue autorizada a transmitir para que ellos pudiesen resolver sus asuntos a espaldas de la gente. El abogado que presentó la demanda es un desconocido que no es capaz de dar mayor sustento legal. Todo indica que detrás de todo ese accionar ha habido una estrategia muy bien preparada y dada justo para sorprender en el tiempo preciso.
El lunes 14 el Congreso votó por 76 contra 41 votos para que el Presidente Pedro Castillo (o su representante legal) acudiese a su hemiciclo a responder preguntas el 28 de marzo, como parte de un proceso de vacancia. Al día siguiente, Castillo habló ante ese Parlamento ofreciendo un acuerdo de paz para que todos pudiesen quedarse. Un día después, el magistrado Ernesto Blume pidió que al día siguiente se discuta la petición del hábeas corpus sobre la libertad de Fujimori, la misma que se dio el jueves 18 a puerta cerrada. Tres magistrados conservadores Blume, José Luis Sardón y Ferrero votaron por excarcelar a Fujimori, mientras que en contra lo hicieron los otros tres (Marianelle Ledsema, Manuel Miranda y Eloy Espinoza). Si este pleno se hubiera dado unas semanas atrás, cuando Ledesma era la Presidenta, ella hubiese dirigido el voto dirimente en contra de soltar a Fujimori, pero esta vez Ferrero optó por quedar bien con el fujimorismo que le había llevado a su puesto.
El camino de la claudicación
Castillo tiene dos cursos de acción. Por un lado, puede dejar que este dictamen proceda (y trasladar la papa caliente a la CIDH, para que esta de aquí a unos meses esta resuelva) o hacer todo lo posible por impedir que el peor dictador que haya tenido el país sea liberado. Preocupa que en ese momento clave Castillo haya nombrado como su asesor a Daniel Salaverry, expresidente fujimorista del Congreso, o que el Ministro de Salud, Hernán Condori, haya dicho que hay que respetar ese fallo.
Se supone que Condori co-fundó Perú Libre (PL) como partido "marxista leninista" en la fecha del cumpleaños de Fidel Castro del 2008. Sin embargo, para evitar ser removido del ministerio, hizo halagos al congresista Alejandro Aguinaga, médico personal de Fujimori y promotor de las esterilizaciones forzadas, algo que produjo la renuncia de Liliana La Rosa, una de las coordinadoras del MINSA. Los 2 principales congresistas de PL, Guido Bellido (exPremier) y Waldemar Cerrón (jefe de su bancada), han terminado abrazando a Maricarmen Alva, cuando ella era acusada de planear un golpe parlamentario.
Cuando el periodista Nicolás Luccar le preguntó a Castillo si podía dar un indulto humanitario a Fujimori, el Presidente no lo negó, solamente le dijo que lo iba a pensar. En otra oportunidad, el actual Premier Aníbal Torres no descartó de otorgarle este por razones humanitarias.
Desde que Castillo ganó el balotaje, él ha venido haciendo todo lo posible por dejar de lado sus "palabras de maestro" más radicales a fin de adaptarse al establishment, y que este le deje gobernar. Ello, en vez de movilizar a las masas para quebrar al sistema monetarista y de corrupción. Mantuvo a las jefaturas del BCR y la SBS, así como una excelente relación con EEUU, la OEA, el FMI y el BM. Castillo ha ido archivando el plan original de Gobierno de PL y luego el Plan Bicentenario, así como sus promesas de eliminar al TC y a la Defensoría del Pueblo, de tener jueces electos, de que los pueblos organizados deberían estructurar sus rondas para eliminar la delincuencia y la corrupción, de recuperar los recursos naturales, de aumentar los salarios, de eliminar todas las leyes anti-laborales y de convocar a una nueva Constituyente. Un símbolo de sus intentos de demostrar que quiere dejar de ser un mandatario de los pobres es que hasta ha ido dejando de andar con su tradicional sombrero campesino chotano. PL parece estar más abocada en mantener como sea sus puestos ministeriales mientras no participa para nada en las luchas sindicales.
Impulsar la movilización
La abogada Rosa María Palacios le ha pedido a Castillo que haga lo mismo que hizo el entonces Presidente Alan García con José Crousillat, cuando él mismo revocó el indulto que le había otorgado previamente. Según ella, sí es posible que una resolución presidencial anule un indulto, aunque el diario en el que ella labora (La República) duda de ese proceder.
El canciller César Landa (quien, además, ha sido Presidente del TC) tuiteó "La reciente decisión del TC sobre el Caso Fujimori no es válida, pues va en contra de las decisiones de la CIDH". Si esto es así, y si las decisiones de una corte internacional pesan más que las de un TC, no debiera ser acatado. En todo caso, se pudiese plantear una medida cautelar o argumentar que no se procederá a liberar a Fujimori hasta que se pronuncie nuevamente dicha instancia final.
El Premier Torres ahora dice que él está por eliminar al TC (cuando antes pedía que este salve a Castillo de las arbitrariedades del Congreso) y porque Fujimori cumpla su condena hasta que él muera en una cárcel normal (cuando nunca lo sacaron de Barbadillo donde vive mejor que la gran mayoría de los peruanos). También dice que van a agotar hasta el último recurso legal para evitar que Fujimori sea excarcelado.
El Gobierno debe demostrar que sus palabras no solo son una retórica para quedar bien, mientras que en los hechos se ha permite salir al mayor corruptor y violador de derechos humanos que queda vivo en nuestra patria.
Si Castillo o PL buscan un acuerdo con Keiko para un pacto de "quedarse todos" recuerden que el fujimorismo quiere el poder total o destruir a cualquier adversario. PPK, pese a tener el mismo programa que FP y a que concedió el indulto a Fujimori, fue barrido por Keiko.
Si Castillo quiere confrontar los intentos del fujimorismo para vacarlo acusándole de "ladrón", debe demostrar que a él no le tiembla la mano para evitar que el mayor de los mafiosos del Perú sea liberado. Se debe impulsar a que decenas o cientos de miles de peruanos ganen las calles y que estas obliguen al Presidente a que revierta cualquier indulto. Castillo debe declarar nulo el indulto fraudulento de PPK y evitar que este lunes salga libre el masacrador en masa.