La obsesión del Gobierno con VOX está siendo enfermiza. Cuando en mi “cama” meto a “la bien pagá”, no puedo moralizar la política de los demás partidos. Cuando en mi despacho tienen sitio los herederos de ETA, los SEPARATISTAS, los FEMINISMOS ENGAÑOSOS y los AGENTES SOCIALES COTIZADOS (conocidos como sindicatos ), no puedo abrir academias de Ciencias Políticas y Sociales. Siempre se ha afirmado que la Historia no engaña. ¿No sería objetivamente justo, ampliar la ventana de la TRASPARENCIA al conocimiento detallado de todos los casos de corrupción personal o de partido, desde Adolfo Suarez a nuestros días? Seguramente las SIGLAS y APELLIDOS se repetirían. Por bien de todos, mejor sería legislar la moral política con mano dura y no escribir la historia sólo con diatribas interesadas de grupos y personas. La portavoz del Gobierno, en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, ha puesto de caldo y medio al Partido Popular y a su Presidente…, ha demonizado los acuerdos, en libertad, de terceros… y ha proclamado al Gobierno, de facto, JUEZ y PARTE en el organigrama político español.
La moda de un FEMINISMO FALSO va “chupando” teta del todo poderoso banco de subvenciones gubernamental, pero, por la MUJER, está haciendo muy poco, más bien la está utilizando.
Ya existe la Inspección de Trabajo para defender los derechos laborales. Ya existen los sindicatos para ayudar a legislar con equilibrio los derechos laborales de todos. Ya está la Real Academia de la Lengua para indicarnos los términos adecuados de nuestro idioma común. Ya está la Familia para ensamblar adecuadamente los elementos de una educación libre, pública y familiar. Ya están los Juzgados y los Centros de Ayuda Familiar, independiente, para redirigir los conflictos intrafamiliares. Y, sobre todo, ya están las PERSONAS, adecuadamente preparadas, para CONSULTAR y DIRIMIR CONFLICTOS. El término ULTRA, engordado con el de FACHA, lo estamos tergiversando y utilizando a beneficio político mitinero. Equivocamos FUERZA y CLARIDAD, en libertad, con DESPOTISMO SOCIAL, siendo uno de sus “maestros” el propio GOBIERNO.
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