¡Qué poco ha cambiado la humanidad! Los hachas, con distintos nombres, formas y potencia, dominan las decisiones. La VIDA cuenta poco, cuando la avaricia, adornada de superpotencia, ocupa la mente. El sentido común siempre pregunta.
¿Por qué la obediencia de rebaño se mantiene en una sociedad intelectualmente preparada? ¿Por qué la “unanimidad” política es aceptada por personas convencidas de la libertad individual? ¿Por qué las “ideologías” minoritarias intentan dominar la sociedad , mediante “lobbies” económicos? ¿Por qué la fuerza de una “FE” comunitaria, calla ante tanta barbarie, violencia, genocidios y odios sin sentido? Por fin: ¿Qué pasa por la cabeza de los “trabajadores de la guerra”? ¿Por qué desprecian el dolor ajeno? ¿Por qué la moral de la guerra permite el abuso sexual como premio al odio? No lloremos por los demás… Lloremos por nuestro silencio… Lloremos por nuestro aburguesamiento… Lloremos por nuestra pérdida de visión lateral… Lloremos, porque nos hemos equivocado de futuro… El mundo religioso, “pastores y rebaños”, adormecido con la serenidad de un falso compromiso, habla, aconseja, llora…, pero da pena por su inconsistencia, por su inmovilidad, por su atrincheramiento prudente… Los misiles llevan el seudónimo de todos nosotros… ¡COBARDES!
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