“Cuando yo uso la palabra quiere decir lo que yo quiero que diga… ni más ni menos”. Esta interesante frase la decía Humpty Dumpty en Alicia a través del espejo, una obra literaria en forma de cuento del genial Lewis Carroll. Resulta cansino recordar las innumerables ocasiones en las que nuestro presidente de gobierno dice una cosa y la contraria, la verdad no existe ni en su psique ni en su vocabulario, ni en su conciencia. No le importa la relación entre la palabra y la verdad, porque él decide cuál es su realidad que la ha construido sobre la base de la mentira.
Me provoca esta reflexión la entrevista que Susana Griso recientemente le hizo en Antena3 , cuando en una de las respuestas tuvo la desfachatez de señalar la diferencia que existe entre lo que el entiende como “ultraderecha” con la que el PP no se puede coaligar y su gobierno de coalición formado por el “centroizquierda” que dice él representar y Yolanda Díaz. Un ejemplo más que evidencia como es capaz de construir una mentira, en la que sin pudor alguno, se autocalifica como de centroizquierda y oculta de su aliada favorita la representación comunista o podemita que ostenta. Una nueva manipulación de la palabra para orillar el radicalismo de la izquierda a la que él se ha abrazado voluntariamente para mantener el poder.
En la respuesta que la niña del cuento le da a Humpty Dumpty le dice que “la cuestión es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas a la vez”. Esta pregunta es la clave para desenmascarar a quienes como él envilecen la palabra y el lenguaje, curiosamente al igual que hace Putin. Decía Aristóteles que “no se podía ser y no ser al mismo tiempo bajo el mismo aspecto”. Me pregunto que diría hoy el gran pensador y filósofo griego si pudiera comprobar que veinticuatro siglos después hay un político en España que intenta demostrar que esta máxima o sentencia es falsa.
Es evidente que esa demostración no sería el producto de un razonamiento filosófico, entre otras cosas porque Pedro Sánchez y sus discípulos, lo que pretenden es desterrar del pensamiento de los futuros españoles cualquier atisbo de conocimiento que conduzca a la búsqueda de la verdad. Esta exaltación de la mentira a través de la palabra es la razón de las profundas contradicciones y confusiones a las que somete no solo a su gobierno sino a todo el pueblo español.
El humanista y filósofo Juan Luis Vives decía que “no hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras”. Quizás el reflejo de esa imagen es la que llevó a Núñez Feijóo a decir de Sánchez que demostraba “no tener corazón” por no removerle sus sentimientos la situación de emergencia económica que sufren los ciudadanos.
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