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Las palabras por sí mismas, no son suficientes para causar cambios significativos en la realidad. Hacen falta acciones, actos, hechos. Indudablemente, el lenguaje hablado y escrito es esencial para todos, pero debe ser acompañado de actividad, que se concrete de diversas formas, a través de resultados concretos y objetivables. Los hechos transforman el mundo, y pueden estar dirigidos por proyectos, intenciones, planes y propósitos.
Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña. De cuello estrecho pero real y blanca y negra, y de ojos verdes cual dos luceros, y rabo de ratón, Pocha Josefina, gata concha de tortuga, gato con botas bien puestas, máscara del zorro.
En toda relación humana existen las discusiones, los problemas y situaciones complejas en las que alguna de las partes tiene menos paciencia o aguante y acaba expresando sus emociones de forma, a veces, un poco abrupta. Y es que las palabras, según el tono y de quién procedan, así duelen más o menos, y cuando se trata de alguien cercano o íntimo el resultado es obviamente, intenso o decepcionante.
El póquer es uno de los juegos de cartas más populares del mundo, sino el más popular de todos. Para dominarlo, no basta con aprenderse las normas básicas y algunas de sus estrategias. Es igual de importante, o más, conocer la terminología técnica. Eso te dará una ventaja a la hora de estudiarte las reglas, pero también hará que puedas afrontar una partida con mucha más tranquilidad y confianza.
Ha llegado un momento en que tenemos que andar por la vida como el simpático alcalde-cabrero de la serie “El pueblo”. Este hombre va cargado con un diccionario a todas partes, con el fin de entender los “palabros” que escucha a su alrededor.
Con un solo plumazo, movimiento, grandes castillos pueden derrumbar, por eso hay que tener cuidado con el lenguaje de la palabra escrita, pues, escarba y escarba para el futuro, bien sea para bien o para mal.
Disfrazados de trajes plurales, no debemos fiarnos; las entretelas suelen esconder las confecciones más encorsetadas. Las lenguas habladas hoy en el mundo evolucionan con diferente suerte, están sometidas a variadas vicisitudes. Las investigaciones son apasionantes, porque la riqueza de una lengua va más allá de la gramática, está involucrada con la propia esencia de las personas.
Además de una gata llamada Mía, en mi casa viven dos conejas: Nube y Bella. Bella habita la cocina. Cada vez que alguien abre la puerta de la nevera, se acerca corriendo y se alza sobre sus dos patas traseras. Es su modo de pedir que le den hierbecillas frescas, como canónigos o rúcula. De sobra sabe ella que de ahí salen y que ese ruido precede al manjar.
¿Estás planeando tu próximo viaje y Argentina figura en tu lista? ¡Excelente elección! Gracias a la diferencia cambiaria, este país sudamericano se ha convertido en un destino de viaje económico para los españoles. Además, Argentina es un país rico en cultura, con paisajes impresionantes, una gastronomía excepcional y un vibrante ambiente artístico y musical. Pero antes de que empieces a empacar tus maletas, hay algo que debes saber: el lunfardo.
A Mía le gusta esconderse detrás de la cortina y mirar pasar los coches desde la ventana. Cuando la descubres en su escondite, te observa con ojos de estupefacción, como si pensara “¡¿cómo me habrán encontrado, con lo bien escondida que yo estaba?!”. Después, pega cuatro saltos gráciles y sale por la puerta si no está cerrada; porque así es Mía, una gatita gris y blanca cuyo mayor afán es que le abran las puertas de la casa.
Vamos a ver si periodistas, políticos, personajes y personajillos que influyen y modifican la opinión de los que no la tienen, se deciden a usar las palabras de nuestra espléndida lengua, el Español, con propiedad, además de con corrección.
Al paso que vamos con los discursos actuales, corremos el riesgo de hablar sin conocer realmente lo que estamos diciendo. Se tergiversan tanto las palabras y se usan con un desinterés inusitado, que las palabras pronunciadas dan lo mismo, en realidad nos quedamos con los sobreentendidos particulares; es decir, cada sujeto involucrado en dichas expresiones entenderá las cosas como quiera.
Parece ser que se han olvidado las recomendaciones que recibíamos en nuestra infancia y adolescencia, en las que se nos invitaba al destierro del uso de lo que se denominaba como “palabras malsonantes” de nuestro vocabulario habitual.
La organización ambiental SEO/BirdLife celebra que la Real Academia Española (RAE) haya incluido los vocablos 'pajarero o 'pajarera' y 'pajarear' en su última actualización del Diccionario de la Lengua Española. 'Salir a pajarear' y ser una 'pajarera' o 'pajarero' se refiere a la afición a observar aves en su ambiente natural, pero la RAE solo aceptaba como definiciones de pajarear “cazar pájaros” y “andar vagando, sin trabajar o sin ocuparse de cosa útil”.
Reconozcamos que hay situaciones, circunstancias, experiencias en las cuales solo la poesía –y por extensión el arte–, puede externarlas porque las palabras son insuficientes. Hablaríamos menos, callaríamos más si aceptáramos esas dimensiones inabarcables por las palabras.
“Cuando yo uso la palabra quiere decir lo que yo quiero que diga… ni más ni menos”. Esta interesante frase la decía Humpty Dumpty en Alicia a través del espejo, una obra literaria en forma de cuento del genial Lewis Carroll. Resulta cansino recordar las innumerables ocasiones en las que nuestro presidente de gobierno dice una cosa y la contraria, la verdad no existe ni en su psique ni en su vocabulario, ni en su conciencia.
El sector de la traducción y la interpretación tiende a establecer sus precios por palabra. No obstante, por su naturaleza y su complejidad, las traducciones juradas suelen presupuestarse a partir de un precio cerrado por documento. Aún así, la cuantía puede experimentar oscilaciones atendiendo a otros factores complementarios como el idioma en que se realiza la traducción o el rango profesional del traductor.
Desde la prohibición de ciertas palabras que están de actualidad, prohibición que un gobernante con malas pulgas y peor corazón hace a sus gobernados, como puede ser guerra o invasión, se hace una llamada a ser fieles a un país desde la aldea global que somos y a la que pertenecemos.
Es el pensamiento y el lenguaje lo que nos hace personas, pero las palabras que utilizamos tienen una enorme carga tanto para el bien como para el mal. Con palabras podemos bendecir y podemos maldecir. Las palabras pueden servir tanto para ponernos de acuerdo como para declararnos la guerra, de aquí la importancia de saber utilizarlas para el bien.
Las palabras del Centro Derecha, protestonas, ambiguas, grandilocuentes, serviles de sus escaños: “Prometo que... Aseguró que... No permitiremos que... Iremos a los Tribunales... ¡Oh... Oh...! El aborto, la eutanasia, la "reeducación ideológica", las vendettas radicales, la comercialización del Estado... ¡Poco a poco! ¿De qué sirven en un hemiciclo lo más parecido a un fotograma de los años 30?
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