“Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano” (Lucas 6-42). “Farsante: quita primero la viga de tu ojo y entonces verás claro para quitar la brizna del ojo de tu hermano” (Mateo 7-5). “Es menester que el que ve la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo, porque no se diga por él: espantóse la muerta de la degollada” (Cervantes, Quijote II-43).
Preocupación en la izquierda por el avance de Marie Le Pen en Francia, porque Vox está en el Gobierno en Castilla y León, y por lo que provoquen las elecciones andaluzas convocadas. Inquietud en Europa. En España patente en lo declarado por la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, cuando buscaba la gresca contra Feijóo hace unos días: Mientras en Europa la derecha pone cordones democráticos a la ultraderecha, el PP la abraza. “Se trata de que (Feijóo) diga de qué lado está ¿Del de Vox o del resto de partidos políticos?” “(A Feijóo) que haga una reflexión y mire a la derecha europea que está poniendo cordones sanitarios a formaciones similares a la dirigida por Santiago Abascal”. Indicio. Como el ojo y la viga que usan Lucas y Mateo en sus evangelios. Con ellos, el Quijote, cervantino y puro sentido común, flagela a la ministra y a los que dicen lo que ella. Con un escrito antiguo, de cuatro siglos antes de que naciera la portavoz (publicado el 27 de abril de 1615), ¡Batacazo monumental!: “Es menester que el que ve la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo, porque no se diga por él: espantóse la muerta de la degollada”. ¡Zasca!’, una respuesta que ridiculiza y anula lo que intenta la ministra. No es que ella se espante de sí misma, ni que, a efectos oratorios, está muerta o degollada. El espanto, que no ve y calla, es el cordón sanitario de autodefensa usado por el electorado francés para protegerse del socialismo. El que interesa resaltar, y destaca la ministra, es la mota de los evangelistas, un enemigo creado para verter animadversión y esconder la realidad. Una mota que oscurece la política nacional, el gobierno de coalición PSOE-UP y a los que lo usan, aprovechan y mantienen. En el exterior, algo parecido: Enemigo declarado con ampliación de plazo. Visto el resultado electoral francés y asegurada la prórroga de estancia de Macron en el Eliseo, por unos años se han salvado los muebles y el estatus que la izquierda decía ver en peligro. El fiasco electoral socialista francés (menos del 2% de voto) y lo que hay alrededor es la viga que no se ve; y que se esconde en la mota de una derecha usada como disculpa. Extrema derecha, derecha extrema. En Francia la Agrupación Nacional de Le Pen. En España Vox de Abascal. Ante las elecciones andaluzas, hay que esperar que lo que pretende la ministra siga, incluso incrementado. El presidente autonómico, Moreno Bonilla, popular, ha decidido la convocatoria. Andalucía, dice, necesita presupuestos y estabilidad económica para prorrogar del auge de la región que comenzó con la sustitución del socialismo corrupto por el tándem PP-C’s y la avenencia con Vox. Enfrente la izquierda que ve la llamada a urnas ‘en beneficio propio’ para el PP. Con Vox estable, C’s a punto de disolución, el PSOE de Sánchez en caída, UP y sus confluencias aleteando o en el alero. La situación actual, agresiva, la empezó Sánchez buscando broncas contra Feijóo, por el trato del PP con Vox. Después, sus ministros al abordaje y en tropel siguieron con lo mismo. Avanzando un paso y dos tarascadas más, el exvicepresidente Iglesias, allá cuitas e intereses, cargó contra los populares. Por no uncirse al yugo de la izquierda. En definitiva, por independientes. Ajeno a la realidad, e insensible a la libertad del electorado y a su condición extrema izquierda, Iglesias decide un cordón sanitario, exclusión en democracia, contra lo que no les convienen a él y a la izquierda que trata de monopolizar.
Los evangelistas, para casos como éste, vigas y motas, usan adjetivos duros (hipócrita y farsante). Cervantes, preciso, ve necesario que el que ve la mota en ojo ajeno vea también la viga en el propio. A estas alturas, convocadas elecciones andaluzas y abocados a la severidad del futuro, el análisis de la realidad política debe ser también duro y preciso: sin farsas, ni hipocresías, Estado de Derecho. Sin miedo, cordones sanitarios ni cordeles de cualquier tipo. En democracia no cabemos todos, solo los demócratas. Los dictadores sobran. Es lo que hay. Lo contrario es un apaño totalitario: La derecha usada como disculpa.
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