Reconstrucción de un paisaje del Pleistoceno inferior en el que se aprecia una pareja de homínidos caminando junto a una surgencia de agua, con un ejemplar del félido dientes de sable Megantereon whitei emboscado cerca. Al fondo, en la pradera, se ven caballos de la especie Equus altidens y elefantes de la especie Mammuthus meridionalis. Imagen del paleoilustrador Mauricio Antón.
Un equipo de investigadores de las áreas de Paleontología y Estratigrafía de la Universidad Complutense de Madrid, de la Universidad de Málaga, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Burgos) y del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Tarragona) ha analizado los datos obtenidos en dos yacimientos orcenses de la cuenca de Guadix-Baza, en Granada, concretamente el Barranco León y Fuente Nueva 3, que son los más antiguos y bien datados de Europa.
Estos yacimientos del Pleistoceno inferior tienen una cronología de aproximadamente 1,4 millones de años y en ambos se constata una actividad antrópica muy importante a partir de industrias líticas, talladas rudimentariamente en sílex y caliza. Un aspecto no investigado hasta ahora es el de la naturaleza de estas poblaciones de homínidos y su carácter más o menos permanente o temporal.
En el nuevo estudio se ha empleado la información disponible sobre la cartografía de la cuenca, cuya superficie habitable era entonces de unos 2.900 km cuadrados, además de una extensión inundada por el lago de Baza de unos 1.100 km cuadrados.
En base a la información biológica que proporcionan estos yacimientos, como la disponibilidad de recursos cárnicos y la competencia de los homínidos con otros carnívoros y carroñeros, se ha estimado que la densidad de población de los homínidos de la cuenca de Guadix-Baza sería muy baja y la cuenca no podría albergar más de 280-350 individuos en un mismo momento. Además, estos homínidos vivirían aislados de otros grupos al estar rodeada la cuenca por las montañas más altas de la Cordillera Bética. El aislamiento causaría una endogamia perniciosa, cuyos efectos son visibles en un cráneo de lobo pintado hallado en otro yacimiento orcense, Venta Micena.
Todos estos datos sugieren que aquellas poblaciones humanas no eran viables a largo plazo. Es muy probable que la cuenca de Guadix-Baza actuara como un verdadero refugio efímero de los homínidos de aquel entonces. El poblamiento humano de la zona pudo producirse mediante recambios discontinuos de grupos de homínidos llegados de otros asentamientos en áreas contiguas a la cuenca.
El estudio ha sido publicado en la sección de Paleontología de la prestigiosa revista suiza “Frontiers in Ecology and Evolution”.
|