-Usted nos dirá. -Quiero comprarme un piso. -Ese es el primer paso. Creérselo. ¿Por donde lo quiere? -Céntrico, pero me adapto. -Tenemos algo cerca del núcleo terrestre, pero no se lo recomiendo en verano. -No, hablo de algo cerca de Atocha. -Concretando, eso está bien. ¿Tiene avales? -Soy la presidenta de la comunidad. -Muy bien. ¿Algo más? -Me interesaría serlo del gobierno pero antes debo de librarme de un gallego. -Un gallego. No le va a ser cosa fácil. Pero volviendo al turrón..., ¿tiene algunos bienes que nos sirvan para el aval? -Los 100.000 pavos anuales de mi nómina y algunos millones de mascarillas de mi hermano. -Algo es pero no lo suficiente. -¿No basta para un préstamo? -¿No puede aspirar usted a alguna presidencia del banco mundial, o del G algo? -Pensaba que con esto... -...era suficiente. Presuponer es un grave problema de nuestro tiempo. -Puedo recalificarles el Retiro... -Mejor vuelva cuando lo tenga todo más atado. -...Para áticos de lujo. -Que no tenemos todo el día. -¿Entonces no es posible...? -No puedo decirle que sí porque no lo es. -Pero esto del alquiler es una lata. -¿Seguro que no es el gallego el que quiere librarse de usted?
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