La poética de Carmen Ramos siempre lleva consigo en sus versos el tiempo vivido mostrando la experiencia del sentimiento, tanto en lo propio como en lo cercano y ajeno, representando que lo hace partícipe de esa experiencia que representan sus versos, donde los sentimientos pueden ser tristes, pero siempre acompañados de una imagen de la palabra que muestra con su lirica que armoniza vestida de andadura de los ecos de sus poemas:
“Somos una estirpe incapacitada, Para percibir la belleza de horizontes”.
Magnetismo poético que se extiende solidario esparciendo el sentir que hace de total denuncia , dispuesta a transcurrir opresivo y constante, dentro de una permanencia por la que se van transcurriendo los valores poéticos y éticos de íntima tragedia de la existencia de un desencanto sin posibilidades de superación:
“Se me agarran los días Desde el primer ámbar. Aún estoy en la orilla Y ya noto la tempestad”.
Todo se va creciendo en la cárcel sin rejas de una ciudad de cemento, hermítica, donde ya se sabe apresada por el poder que todo lo domina sin pregunta alguna y de espalda a cualquier repuesta. La sociedad en que vive le inquieta, hasta el suicidio y los sueños más inverosímiles. Nada es indivisible pero ella lo palpita con una lírica que alivia su permanente dolor, su vida y feminidad apresada por la despiadada crueldad de una sociedad compuesta, en la que el humanismo no se admite ,en una sociedad no apresada por los poderes facticos.
La alienación total de la sociedad. Por cortesía no suelo `preguntar a una mujer la edad pero desde una visión poética me pregunto a mí mismo y respondo que Carmen Ramos se enfrenta a su futuro creador de rica poesía. Lo alto que ella misma ha dejado el listón de su propia creatividad. Será laborioso superar donde ha dejado el listón de su creatividad lírica Que los dioses de las musas la protejan y la impulsen.
Con preguntas interrogantes. Callejón sin salida, donde un túnel que vislumbre ni siquiera tenue luz con hálito de esperanza.
“ De nada sirvieron aquellos rituales:
El mar también amaneció negro La playa tan solitaria los bordes rizados Los que cuelgan mi esternón”.
La pregunta que surge tras la lectura de tan embriagadora obra de alto lirismo poético paralelo al desafío critico a una sociedad en la que los poderes establecidos marcan el paso alienado de la muchedumbre .
“Pido no morir con la cara de una mujer triste. Pido no ser señuelo era la desgracia. Pido porque quiero pisar la piedra, Porque no quiero morir.”
|