Escribió Jean Paul Sartre que los colonizados por Europa estaban condenados sobre todo por sus mitos, prueba contundente de su depravación moral sentenciada a perecer. Esta antigua reflexión existencialista devino en actual cuando una confusa polémica se desató en el Parlamento paraguayo con relación a un programa de transformación educativa, denunciado como un planteamiento de dobles intenciones.
Desde hace meses, un proyecto de transformación educativa relacionado según sus detractores a donaciones de la Unión Europea viene siendo cuestionado por grupos conservadores de la sociedad paraguaya, defensores de los tradicionales valores familiares y culturales de Paraguay.
El debate alcanzó recientemente a la cámara de diputados de Paraguay, que decidió desechar una ley relacionada con una intervención europea en los programas educativos paraguayos, aunque los representantes de la Unión Europea aseguren que se trata de un proyecto inconexo con su “desinteresada” ayuda.
La credibilidad de estas declaraciones se vio cuestionada cuando una europarlamentaria española, Margarita de la Pisa Carrión, intervino en un foro sobre comercio y género denunciando que en el caso educativo paraguayo hay, efectivamente, una injerencia del organismo al cual pertenece.
En Paraguay, el sacerdote jesuita de nacionalidad española Jesús Montero Tirado, pedagogo de dilatada trayectoria, ha levantado su voz para denunciar que el citado plan educativo pretende entregar sumisamente la educación del país a manos extranjeras traicionando cultura, principios y valores del pueblo paraguayo.
Las autoridades impulsoras de la transformación han venido negando tal injerencia, al igual que los representantes de la UE en Paraguay, aunque para la europarlamentaria De la Pisa la intervención es real. “Debo denunciar la injerencia, tras tratados comerciales de la Unión Europea con terceros países; países dignos e independientes, a los que se les exige aceptar, por la vía de hecho, condiciones ideológicas que son contrarias a su marco constitucional, a su cultura y sus tradiciones, países que respetan el matrimonio como institución, a la familia como base social, sin aborto legal” afirmó Margarita, quien pidió a sus pares respetar la decisión soberana de Paraguay.
Otro europarlamentario, el escritor de ascendencia austríaca Hermann Tertsch, suscribió públicamente las denuncias de su colega en el parlamento europeo, y calificó la decisión paraguaya como “una colosal lección de dignidad al neocolonialismo de la UE”.
El candidato paraguayo a presidente Euclides Acevedo, afirmó respecto al debate que la Transformación Educativa tiene que realizarse luego de lograr un pacto nacional y no gestarse en un organismo internacional que presenten fórmulas no debatidas como definitivas. Recordó en ese contexto a Ramón Indalecio Cardozo, un destacado docente paraguayo, propulsor de la corriente pedagógica Escuela Nueva, autor de numerosas obras enfocadas al mejoramiento de la calidad educativa del Paraguay, que ya había resuelto en el siglo pasado la ecuación para una educación emancipadora, liberadora del coloniaje cultural.
Aunque la UE haya integrado comisiones para investigar en el seno de sus miembros la injerencia, la acusan de haber intervenido indebidamente sobre estados sujetos a su influencia, en temas religiosos y morales, políticos e incluso urbanísticos en distintas latitudes del orbe. Sus representantes incluso han sido expulsados de países centroamericanos, luego de publicitadas polémicas.
En la segunda mitad del siglo XIX, el Paraguay fue condenado por el colonialismo liberal pro británico, a perecer por la depravación constitucional encerrada en sus leyendas y mitos.
Sería un lamentable despropósito que hoy invocando la modernidad, encubran bajo sus intenciones el viejo y desprestigiado colonialismo que más de una vez se impuso por la vía del genocidio. LAW
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