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“Berenice, una mujer feliz”, séptima novela del escritor Wilson Rogelio Enciso | |||
Este distinguido escritor colombiano comenzó a publicar sus obras en 2016 al cumplir 58 años | |||
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A través de estas líneas felicito al escritor colombiano Wilson Rogelio Enciso que a inicios de noviembre publicó en distintas plataformas digitales su séptima novela titulada: “Berenice, una mujer feliz”. Wilson Rogelio desde su «Escondite Literario Tropical», trabaja sin aspavientos, tanto en su sede en Bogotá como en la rural, por allá entre las montañas del oriente colombiano. Con singular elegancia en sus relatos y novelas va narrando lo que se vive actualmente en lo social y políticamente a lo ancho y largo de América Latina y El Caribe. Fielmente recomiendo su obra literaria.
Este distinguido escritor colombiano comenzó a publicar sus obras en 2016 al cumplir 58 años y tras obtener un reconocimiento en un concurso literario en Columbus, Ohio, con su primera novela: ‘La iluminada muerte de Marco Aurelio Mancipe’. Desde entonces, solo ha dejado escapar del viejo gavetero siete novelas, incluida esta: ‘Berenice, una mujer feliz’, así como una compilación de narraciones románticas: ‘Amé en silencio, y en silencio muero’.
Es probable que el próximo año nos comparta la más reciente de sus obras. ¡Eso esperamos todos! Esta, hasta donde me ha dejado ver, se encuentra en desarrollo y versará sobre un tema mágico, social y ambiental, más que vigente y alrededor del planeta. En el siguiente enlace, Wilson Rogelio habla de sus últimas novelas publicadas, especialmente de “Berenice, una mujer feliz”.
—¿Qué otros detalles quieres compartirme de tu nueva publicación? —Mejor, si te parece —me respondió tras unos segundos de reflexión—, que sea la misma novela la que te presente los avances... —Como quien dice... ¿que hasta cuando la lea? —No, amigo, no. Te compartiré de manera salpicada algunos párrafos. Estos hablan por sí solos y exponen la esencia de la obra y a varios de sus personajes. —Sí, gracias, me parece genial, adelante. —Te presento a la protagonista, su entorno y pensamiento: “Lo que no se imaginaban los que la vulneraron era la tenacidad que todas estas medidas y atropellos desconsiderados al libre desarrollo de su personalidad, concepción política, económica y social: «hechos sociales», harían crecer y madurar más rápido en la frugal e inveterada conciencia benéfica y humanitaria de Luisa Fernanda Laín Cote.
Tanto su padre como el ejército ladino de sus seguidores y aliados comprados creían que con esas medidas arbitrarias ella encauzaría sus, según aquellos: «concepciones trastocadas». Daban por hecho que, con el estrangulamiento de sus suministros, que llegaron a estar por debajo del mínimo vital, gestado por su progenitor y ejecutado mediante sus sayones ubicados en toda parte, finalmente le doblegarían su particular manera de concebir el mundo.”
“Ninguno, ni siquiera sus allegados, conocidos y compañeros de estudio, tampoco las alineadas y remuneradas, para eso, autoridades oficiales, académicas y docentes que la trataron y maltrataron, pensaron que esas medidas causarían el efecto contrario. Que le incentivara esa percepción de posesión exigua o de nimio requerimiento de bienes comerciales o mercantiles para, no solo vivir, sino disfrutar de su entorno y estar a gusto, doquiera, con quien fuera y como fuera.
Nadie se imaginó que la carencia material a la que fue sometida le maximizara la capacidad de aprovechamiento de las abundantes, maravillosas, gratuitas y «diversas cosas a la mano». Sin precio, sí, pero, para ella, con infinito y vital valor.”
— ¡Qué encantadora mujer... Luisa Fernanda Laín Cote! — Como lo descubrirás tú y los lectores: ¡Berenice! — Creo entender. — Te encimo este fragmento sobre economía de mercado.
“Filosofía antagónica a la imbuida y practicada por el común de los mortales, con mayor razón sus alelados connacionales. Estos, a fuerza de manipulación, consideraban, atropellados por el paradigma siniestro del libre mercado, que las cosas abundantes y gratuitas, en tanto no fueran mercancías, en tanto no tuvieran precio, en tanto fueran insignificantes para atesorar y canjear, carecían de valor, eran inservibles, inútiles para que una persona fuera persona, viviera y valiera. Por lo que no se justificaba guardarlas o preservarlas.
Reflexión antípoda al modelo social en gestación de Luisa Fernanda, ahora Berenice. Ella concibió que, para preservar la vida, la tranquilidad y la felicidad, era posible lograrlo sin la posesión de bienes materiales comerciales, en tanto el ser humano encontrara, usara, respetara y retribuyera el valor de aquellas cosas innumerables y diversas que estaban a la mano. Tal y como lo observó y decantó a partir de los dos laboratorios sociológicos en los que investigó y trabajó a lo largo de su carrera universitaria.”
—Me queda claro el pensamiento de Luisa Fernanda... ‘ahora Berenice.’ —Me alegra que te estés metiendo en la obra. —Me tiene enganchado, amigo. —Ahora viene otro personaje particular... —Estoy atento. —Es un locutor, ponle atención:
“Cuando los ibéricos asumieron la administración de RPM comenzó el revuelo en el gallinero. Plumas y majada ulularon por doquiera en vorágines de pasiones contagiosas. Los nuevos emprendedores llegaron ávidos de indiscriminado como extractivo y rápido lucro nacional, avaro recorte de gastos y personal, para mayor generación de ganancias sin mucho esfuerzo. Pese a que en la negociación se pactó la permanencia indefinida de los mejores y acreditados periodistas, locutores y empleados clave; entre ellos, el intitulado y no profesional comunicador Elías José. Él logró arañar algunas acciones de la cadena, sin mayor impacto para la toma de decisiones, pero que lo hacía sentir como dueño. Zafra que presto cosechó bayas amargas.”
—No sé por qué... pero se me hace conocida... o muy común esa historia. —Cuestión tuya, de tu imaginación... escucha este otro fragmento, pero no me salgas con el cuento de que el expresidente también se te parece a alguien: “Uno de esos grupos sectarios, al parecer el encabezado por el expresidente Uribia Morales y su escudero el procurador Alfonso Mondoñedo Orozco, lo conminó para que dejara la ciudad en un plazo máximo de setenta y dos horas, si quería evitar ser, además de excomulgado por la santa orden que regentaban, neutralizado para ponerlo como escarnio ante la sociedad, para que sus integrantes no siguieran «su contaminante y estercóreo ejemplo», le endilgaban.”
“Minutos antes de que Elías José comenzara a jalar la carreta-hogar, pletórica de cartón de reciclaje y con los niños en el interior, rumbo al centro de acopio, ahora este y todos en manos del monopolio de la basura nacional encarnado por los avaros hijos del expresidente Uribia Morales, Berenice le dijo: —No pretendas cambiar, detener ni enderezar a nadie. Deja girar al mundo en el carrusel de sus auto justificadas volteretas. Acepta y entiende a tus congéneres como son. Estén o no equivocados, según tus concepciones. Intenta hacer bien las cosas que te corresponden y te gusten. Hazlo con acciones que no entristezcan ni perjudiquen a nadie, ni siquiera a ti mismo, menos a tu entono. Si así logras obrar, habrás comenzado a promover ese arisco y lento cambio que la humanidad entera reclama con vanidoso y escondido grito… que necesita con urgencia antes de la asomada debacle general. Actúa en silencio y sin aspaviento, de tal suerte que, tal vez, en cualquier momento tus semillas florecerán en el jardín de la esperanza. Entonces, la lluvia caerá sin metálico precio ni grisácea argenta; o alguien, quizá, cuando así suceda, frente a ti, o cuando tú ya no estés, evocará tu nombre con gratitud nectarina y merecido reconocimiento.”
—Si, amigo, definitivamente la historia de Elías José, el locutor estrella de RPM, me parece conocida... sí, ¡también el expresidente!
—Ya te dije, cuestión de tu interpretación... porque esta es una novela de ficción social. —Bueno, si lo dices tú... ¿me darás algo del final? —No, te lo dejo a la imaginación... pero, si revisas los últimos párrafos de la contraportada, estos algo te pueden decir o ayudara a intuir:
“Linajes de ignominia a los dos agobiaba desde niños, con mayor dolor al llegar a su adolescencia indómita y madurez temprana. Intentaron por su cuenta escapar de sus entornos agobiantes, cada uno a su manera, con tal de librase de tan pesada y manchada suntuosidad. Refundida social entre bandadas de gorriones del rebusque en calle y a la vista de todos para hacer más difícil su ubicación y reintegro al redil frondío que los esperaba.
Pese a sus particulares esfuerzos e ingenios, el rancio perfume de la nostalgia social terminó por contagiar hasta la esencia de la flor de cera en un final que aletarga el alma de los sensibles... ¡cada vez menos en aquella sociedad sinigual y siempre igual!”
La tarde de este pasado domingo 4 de diciembre, el escritor y poeta peruano Ángel Valeriano Directorde la revista La Voz Ausente entrevistó a través de Facebook live al escritor colombiano Wilson Rogelio Enciso en donde habló de su más reciente novela publicada. También habló en síntesis de la novela que está escribiendo, comentó que es de una pareja que recorren el planeta y que el tema central de dicha obra es el medioambiente. |
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