A escasos días de que el Gobierno anuncie su paquete de medidas para tratar de contener la inflación, la cadena de valor del gran consumo pide al ejecutivo que éstas no incrementen aún más la presión sobre un sector que atraviesa un momento de máxima complejidad y, cuyo objetivo principal, es contribuir al bienestar social y al desarrollo económico de nuestro país.
El gran consumo funciona como una auténtica cadena y, cada uno de sus eslabones, lleva meses trabajando en la adopción de medidas de eficiencia y en la reducción de márgenes para tratar de no repercutir totalmente la gran inflación de costes que está soportando. Por ello, en opinión del presidente de AECOC -Ignacio González- “no es razonable que se siembren dudas sobre los esfuerzos o intereses de un sector que ha demostrado su responsabilidad y compromiso durante décadas y que ha dado lo mejor de sí para ofrecer el mejor servicio al conjunto de la sociedad durante la pandemia”.
Por ello, el sector insiste en que lo más efectivo en el actual escenario sería trabajar en una doble dirección: con iniciativas que contribuyan a reducir la elevada inflación de costes que soportan las empresas y con ayudas a las familias o ciudadanos de menor renta.
En el primero de los ejes, conviene recordar que estamos a semanas de que entre en vigor un impuesto al plástico que, tal y como ya se ha advertido, no sólo entraña grandes dificultades de gestión, en especial para las pymes, sino que va a acompañado de un gran incremento de costes. Es, en opinión del sector, una legislación inoportuna que incrementa los costes y que además no ofrece garantías en cuanto a resultados.
Asimismo, el sector resalta que, entre las actuaciones que viene proponiendo, figuran la aprobación de medidas como la ampliación de la capacidad de carga de los camiones -que permitiría ganar en competitividad- o la reducción del IVA de algunos productos básicos de alimentación, como los frescos, para ayudar al consumidor a contener el precio de su cesta de la compra.
El sector recuerda además que España cuenta con el mercado del gran consumo más competitivo de Europa, ya que la cuota de mercado de los cinco primeros distribuidores de alimentación nacionales es del 50%, mientras que en países de nuestro entorno la concentración de los operadores líderes se sitúa entre el 70% y el 80%. Así pues, el modelo español ofrece al consumidor una gran capacidad de elección entre establecimientos y marcas y es la mejor garantía contra cualquier posible especulación en materia de precios.
En el segundo eje de trabajo, el sector considera adecuado estudiar la implementación de ayudas a los hogares más desfavorecidos que puedan aliviar el impacto de la inflación sobre la población sin afectar a la competitividad y viabilidad de las empresas.
El gran consumo desea remarcar que no es causante de la inflación, sino una víctima del mayor incremento de costes de producción en 35 años. La cadena ha demostrado su compromiso con la sociedad asumiendo la subida de los precios de producción -que en algunas partidas ha llegado a triplicarse- y garantizando el abastecimiento hasta en las situaciones más adversas. Por ello, lamenta que en los últimos meses se propongan medidas basadas en declaraciones que, de forma injustificada, proyectan sombras sobre el buen hacer de las compañías y que dañan la reputación del sector.
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