El sabio griego Euclides quedó en la historia como creador de la geometría que hoy conocemos, y muchos siglos más tarde un homónimo podría también hacer historia en Paraguay.
A fines de abril del presente año, Paraguay elegirá un nuevo presente en medio de una aguda crisis de los partidos tradicionales, el colorado y el liberal. Ambos han electo a sus candidatos en incidentadas primarias, condimentadas por acusaciones de fraude e intervenciones no diplomáticas de la embajada norteamericana.
En el caso de la ANR, su actual titular y el vicepresidente del gobierno nacional que es del mismo signo, han sido acusados de ser significativamente corruptos por el embajador estadounidense Marc Ortsfield.
En el caso del Partido Liberal, la elección de su candidato ha sido marcada por denuncias de fraude, que han quedado documentadas audio-visualmente y derivadas a la justicia.
La ANR ha estado en el poder ininterrumpidamente por 76 años, con un breve interludio en 2008, cuando accedió al poder el ex cura Fernando Lugo como candidato de un abigarrado conglomerado de movimientos respaldados por el Partido Liberal.
El secreto de la victoria de Fernando Lugo fue presentarse como un colorado más y no como un enemigo radical del partido gobernante, en una elección en la que hubo al menos tres importantes alternativas de oposición, pues también participaron Pedro Fadul y Lino Oviedo.
A pesar de esta experiencia histórica, hoy sectores de la prensa hegemónica cuestionan la aparición de Euclides Acevedo en la escena, debido a su crecimiento en los sondeos y al interés que tienen en llevar a su candidato de preferencia a la victoria electoral.
Esta prensa decidió ignorar que el gobierno de Lugo duró muy poco, precisamente porque no existían afinidad ideológica ni acuerdo programático con sus aliados electoralistas, y su gobierno fue desalojado con facilidad por los avezados conspiradores de los partidos tradicionales.
Otro tanto sucedió hace pocos años con el caso de Mario Ferreiro, electo intendente de Asunción, quien ante un amague conspirativo decidió dimitir y volver a su vida bohemia sin presentar batalla legal ni denunciar lo que estaba sucediendo, según se deduce de recientes publicaciones de la prensa que hoy respalda a Alegre.
El grotesco libreto del candidato liberal para convencer a Euclides Acevedo que lo apoye es que representa a una fuerza de mayor “estructura”, refiriéndose a su archipiélago de grupos que hoy se van escindiendo y se enfrentan enconadamente acusándose mutuamente de haber realizado fraudes.
Euclides Acevedo y otros actores importantes de la política paraguaya han mencionado a su vez que los ataques provenientes de Efrain Alegre contra su proyecto de gobierno responde a un quiebre que se está originando dentro del bloque ampliado de liberales y algunos pequeños movimientos políticos, en torno a la dupla presidencial integrada por el liberal y la independiente Soledad Núñez, ex ministra del según Estados Unidos “significativamente corrupto” ex presidente Horacio Cartes. “Evidentemente, buscan desgastarnos y querer demolernos, sabemos que hay una jugada elíptica, les quebrantamos demasiado por lo visto a la gente. El doctor Querey y yo somos honorables, respetables. Entonces estamos descomponiendo eventuales fórmulas, combinaciones y alianza”, aseguró el candidato del tradicional tercer espacio en la política paraguaya.
Lo cierto de todo el enredo es que así como se dan las cosas, las cartas están echadas sobre la mesa y es la oportunidad histórica de desalojar a los partidos tradicionales que por siglo y medio llevaron las riendas del Paraguay, como lo hiciera en el año 2004 el médico uruguayo Tabaré Vazquez.
Sin margen de dudas, se trata de una elección para Euclides. LAW
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