La distancia entre el Congreso y el pueblo que dice este representar es descomunal. Ninguno de los miembros de su directiva o de su mayoría han cuestionado los abusos de las fuerzas del orden (cuando han violentado a la universidad más antigua del hemisferio, han abusado sexualmente a detenidas, han producido más de mil heridos, han abaleado en la cara y el pecho para matar a manifestantes o han asesinado a decenas de civiles desarmados).
El actual presidente del parlamento, el general (r) José Williams avala todo ello. Él mismo tiene las manos manchadas en ejecuciones extrajudiciales contra 69 campesinos en Accomarca (1985), contra rendidos en la toma de la residencia japonesa de Lima (1997) o durante el Andahuaylaso (2005). Quien más tiempo comandó el Congreso (y quien más quiso usar ese puesto para derrocar a Pedro Castillo y Dina Boluarte para remplazarlos en palacio) fue Maricarmen Alva.
Ella hoy sostiene que hay que respaldar a las FFAA y a la PNP contra la "insanía subversiva y la delincuencia", términos con los cuáles ella basurea a los cientos de miles de manifestantes en todo el Perú. Demanda que "es momento para que el Ejecutivo ya saque a las Fuerzas Armadas a las calles" y prepapar el "estado de sitio".
Hoy, Alva preside la comisión de relaciones exteriores del Congreso. La anterior cabeza de esta fue el fujimorista Fernando Bustamente, quien quiere que las FFAA puedan invadir Bolivia y ocupar sus principales recursos (lo cual implicaría hacer la más osada, sangrientr y suicida guerra externa de sla historia peruana). Los almirantes que hoy son legisladores piden mayor militarización: Jorge Montoya llama a que las "fuerzas del orden" tengan derecho a disparar hasta matar y José Cueto afirma que los servicios de inteligencia vienen espiando a millares y que se debe buscar eliminar a muchos.
Un congreso dominado por estas fuerzas está condenado a tornarse mucho más impopular de lo que está. Cuando querían deponer a Castillo y Boluarte, ellos proponían hacer una marcha de un millón contra el supuesto fraude. Hoy ya no son fraudistas sino boluartistas, pues a la supuesta mujer que llegó al poder con un "anforazo" la llaman hoy a defender y le piden que gobierno con más represión.
Un parlamento así no tiene la autoridad de nominar a un nuevo Presidente (ni siquiera de transición). La única salida es que se convoque ya a una nueva asamblea constituyente con plenos poderes.
|