El cortometraje Alegre y Olé, dirigido por Clara Santaolaya, ha sido seleccionado entre más de 2.500 cortometrajes de 83 países para competir en la Sección Oficial de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo, que tendrá lugar del 3 al 11 de marzo.
Tras la participación de Nuestra Calle (2019), Alegre y Olé es el segundo trabajo de Clara Santaolaya que se estrenará en el Festival de Medina del Campo. Comenta la directora: "estar de nuevo estrenando en Medina es para mí un placer y una satisfacción enorme, no solo porque es un festival con un enorme prestigio y una trayectoria increíble, sino también porque Valladolid es mi tierra y me siento muy orgullosa de ella".
Alegre y Olé pone el foco en el tema de la salud mental a través de la historia de Lena y Carmen. Es la historia de dos generaciones que intentan superar un evento traumático en sus vidas, dos almas heridas que encuentran refugio, entendimiento y esperanza la una en la otra. Alegre y Olé es un canto a la empatía y a la comunicación intergeneracional.
Destacan las interpretaciones de Mireia Oriol (Las del hockey, El pacto) en el papel de Lena y de Luisa Gavasa (La novia, El ministerio del tiempo) en el papel de Carmen. "Alegre y Olé", anuncia la directora, se convertirá pronto en un largometraje y contará con la participación de Mireia Oriol como protagonista.
Sinopsis
Alegre y Olé narra la historia de Lena y de Carmen, dos mujeres muy diferentes entre sí que están ingresadas en un centro de salud mental. Lena es una joven que se acaba de intentar suicidar y está atravesando un momento de profunda incomunicación con todo lo que le rodea, mientras que Carmen es una anciana que ha quemado su casa y se niega rotundamente a coger a su nieto recién nacido en brazos. Con el paso de los días, ambas comenzarán a desarrollar una relación muy especial, y, en cierto modo, especular, en la que podrán abrirse y compartir las experiencias y los abusos que las han traído hasta aquí. Así, proyectándose la una en la otra a través de la empatía, el cariño y la falta de juicios, ambas lograrán superar sus propias culpas y miedos y, de esa forma, plantar juntas la primera semilla de su recuperación.
"Aunque después de la pandemia, la salud mental ha pasado a tener una mayor presencia en el debate público y en la preocupación política, creo que en muchos aspectos seguimos estando en pañales en cuanto al acompañamiento, los cuidados y las herramientas que proporcionamos como sociedad a las personas que padecen procesos relacionados con la salud mental y que siguen sufriendo ostracismo, tabú e incomunicación. Y de eso va este proyecto, de empatía, de cariño y de falta de juicio para poder sanar juntas", -Clara Santaolaya-.
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