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Opinión
Etiquetas | Pedro Sánchez | Irene Montero | Ione Belarra | Ley Trans

Sánchez legaliza la ‘emocracia’

Es el gobierno de las emociones allí donde la razón y la ciencia han sido desterradas
Isidro García Getino
lunes, 27 de febrero de 2023, 12:03 h (CET)

Un ejemplo práctico de emocracia: la ministra Irene Montero defendiendo sus intolerantes fanatismos en el parlamento; es un auténtico paradigma explícito y visual de emocracia. La ley trans defiende e impone la emocracia, es un componente más de la ideología de género que impera, manda y ordena; con esta ley, además, se promociona todo un elenco de daños personales y sociales.


Eso son ellos, ellas y elles. Nosotros no, nosotros los políticamente incorrectos sabemos que la industria del género fanático, "es una industria que no puede ser regulada, tiene que ser abolida"; tal es la idea que expresa, a raíz de su dilatada experiencia y conocimiento, Alix Aharon, cofundadora de “Partners for Ethical Care”.


“El trágico daño que está infligiendo el fomento de la transexualidad en jóvenes y adolescentes, es imposible de soportar”. Eso dijo la Dra. Jamie Reed al retirarse del Centro Transgénero de la Universidad de Washington; y sigue diciendo “yo no podía soportar por más tiempo lo que allí sucedía; la forma como el sistema médico trata a esos pacientes es justo lo más opuesto a nuestro juramento de “no infligir daño”; se está dañando para siempre a nuestros pacientes que son jóvenes y adolescentes vulnerables. Sé que me pongo en peligro con mis declaraciones, pero lo que está sucediendo a multitud de niños es mucho más importante que mi confort”. Los incorrectos nos adherimos plenamente a este testimonio.


El mundialmente conocido psiquiatra sueco Dr. Christopher Gillberg dice: “La transición de niños es posiblemente uno de los mayores escándalos en la historia de la medicina”.


Los incorrectos aseveramos que es inconcebible que haya médicos, pocos pero ahí están, que se prestan, adaptan, acogen, benefician y hasta los hay que promueven y apoyan la traición a su juramento porque les da un suculento extra. Hay de todo, como en botica.


A propósito de la botica, ahí está el otro colectivo caníbal del daño: las grandes farmacéuticas que se forran con vidas colgadas de su producto.


Y aquí tenemos otra descomunal contradicción: esas podemitas que perjuran contra los empresarios capitalistas, explotadores, avarientos,... y ellas cebando a los máximos, los más de todo ello, que son las grandes farmacéuticas que tienen el chollo del siglo con los trans-dependientes-hormonados.

Ministra Belarra ¿cobras de ellos? Estáis dándoles la sopa boba ¡pero qué sopaza! y a costa del bolsillo de los españoles, aunque eso no importa; sí importan los pobres adolescentes, las jovencitas más vulnerables inducidas con maldad, con perfidia, con cuasi-criminalidad a hormonarse de por vida, muchas a ser sometidas a matarifes que desgracian sus cuerpos y su porvenir como seres humanos y como mujeres, así defendidas por "Igualdad". ¿Quién-es se benefician de todo eso? ¿traidores? ¿caníbales? ¿políticos? ¿lobbies LGTBIQ+? ¿pederastas?


Otra contradicción absoluta del tinglado trans, está en el dato siguiente: Ser trans no es una patología; sin embargo la Seguridad Social subvenciona los medicamentos, las múltiples operaciones (o sea, lesionar cuerpos sanos) y la hormonación para toda la vida de cada uno de los niños y jóvenes trans que los políticos, todos los políticos que han votado sí a la ley trans, fabrican a base de leyes demenciales.


O sea, dada la esponencial propagación por contagio social que está comprobado provoca la MODA TRANS fomentada por la ley, y dado el altísimo precio de su manipulación destructora; en poco tiempo puede hacer quebrar la Seguridad Social. Podrá ser un efecto secundario, no deseado pero bienvenido en aras de la tolerancia-intolerante que rige en este gobierno de la corrección política que, naturalmente no puede tolerar que alguien cuestione que un niño, una adolescente o tal joven no pueda recibir la ayuda absolutamente necesaria, de profesionales y de sus padres,  para discernir su disforia con equilibrio y buen conocimiento de causa. A ese cuestionador o alguien metepatas, el gobierno de la tolerancia, por ley, le dará su merecido (muy tolerante).


Es un esperpento ridículo esa ley que supone, y trata de convencer a toda la población, que hay miles y miles de nacidos en un cuerpo equivocado. Yo también, con el periodista Alfonso Rojo, añoro los tiempos aquellos en los que solo había un tonto en cada pueblo ... No es posible convencer de algo así a los españoles que no son tontos.


Sr. Feijoo, la ley trans no es una frivolidad como dice usted; ¡¡NO es una frivolidad es una criminalidad!! Los testimonios pavorosos de arrepentidos lo demuestran, y son muchos, muchos ya antes de poner a funcionar la ley multiplicadora.


La nueva religión de estado, que este gobierno crea de la mano y el fanatismo de sus ministras podemitas, es un invento de derechos para individuos y colectivos mínimos. Derechos sin deberes de ningún tipo (absurdo), derechos para diferenciar o desigualar (absurdo), derechos que desprotegen (absurdo) y, como es el caso de los trans, les someten a enormes peligros tanto físicos como mentales y hasta vitales (más absurdo). Y quien discrepe es un antisistema, un nazy, un machista y una amenaza social que será castigado severamente.


Su sanchidad sedente aprueba y bendice todo cuanto las sacerdotisas del imperio frankestein le sirven en bandeja endemoniada.


El imperio lo tiene todo bien pensado, así pues: Para que todo discrepante sea erradicado de la sociedad en un futuro próximo, en todas las escuelas del estado ya se está adoctrinando y se impregna toda la des-educación con la nueva religión del estado. Todo tiene perspectiva de género; los niños desde infantil son convencidos de que han nacido en un cuerpo equivocado, que ese cuerpo está hecho para el placer sexual con quien quieran y cuanto quieran. Que a esta vida no les trajo una madre, sino un progenitor gestante. Que el otro progenitor es un machista peligroso y violento. Y que ellos son propiedad del estado que, como buen papaíto, cuida de ellos y les dá todo cuanto deseen. Tienen que fluir y desear todo lo que quieran porque eso rige su vida y en este país rigen y mandan las emociones. Desde esta ley Espeña es un territorio emocrático.

¡¡¡Y ya está!!! Todos los padres a bajar la testa, manda Irene Montero.

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