Al pestilente embalse de las injustas e inmerecidas descalificaciones hacia el PP, sus afiliados y simpatizantes, le han abierto las compuertas los representantes de la “progresía española”, liderados teóricamente por el embustero Sánchez pero que, en realidad, está en las sucias manos de Bildu e Izquierda Republicana de Cataluña, según se vio por televisión hace unos días.
El apabullante rechazo de una gran mayoría de españoles por todos los componentes de este nefasto gobierno, hace que, todos ellos, estén aterrorizados de tal manera, que ya han puesto en marcha su “máquina del insulto” para condicionar el voto a base de improperios y trolas, muchas trolas. Lo peor, para ellos, es que ya los tenemos calados y no nos engañan.
Por si queda algún “pardillo” por ahí le diría, por ejemplo, que Sánchez se comprometió por ley a realizar diez obras para salvar Doñana y no ha iniciado ninguna, pero miente y descalifica a Don Juan Manuel Moreno Bonilla, que es el único presidente andaluz que ha mostrado interés por resolver este asunto. Mientras, el chichiribaile sevillano Juan Espadas se contradice bajándose los pantalones ante su cateto jefe, sabiendo además que los responsables de los ERE, Chaves, Griñan y Díaz no hicieron nada en casi cuarenta años de mandato ni por Doñana ni por el resto de nuestra Comunidad.
Y ahora, la antipática y poco agraciada Teresa Ribera, esa ministra del cuento de “Irás y no volverás”, se ha atrevido a llamar despectivamente “señorito” al presidente Moreno, y lo que es peor aún: a calificar a Andalucía como “esquinita” para cachondearse de todos nosotros siendo la segunda región en superficie de España y la más poblada y noble.
Pues mire, riberita del medio ambiente, el presidente de la Junta no es un “señorito” sino un verdadero señor y usted, como persona es tan pequeña, tan ridícula, tan poca cosa, que solo sabe insultar malintencionadamente.
Para lo sucesivo, le aconsejo que, cuando quiera hablar de Andalucía, se ponga de pie y se lave la boca con detergente. Y si tiene pensado venir algún día por Córdoba, avíseme para no salir de casa, porque no me gustaría verla; la considero persona non grata. Por último, le diré que los andaluces, aparte de algunos enchufados por Chaves, Griñán y Susana, estamos hasta el gorro de usted, de Sánchez y de todo el gobierno. “La peor casta que ha gobernado España desde la noche de los tiempos”.
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