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¿Es una ilusión la felicidad?

Dejemos de confundir felicidad con calidad de vida
Octavi Pereña
martes, 2 de mayo de 2023, 09:02 h (CET)

Rosana Torres pregunta a la actriz Rosa María Sardà, ¿La felicidad no es posible, cómo afirma en uno de sus relatos? La respuesta que da la actriz-escritora es muy categórica y refleja el sentir de muchas personas: “La felicidad auténtica solamente existe en la imaginación”. Según la actriz, la felicidad es una quimera. Cierto, la felicidad auténtica únicamente existe en la imaginación cuando se la busca en un rosario de placeres sensuales parecido al bienestar que tienen los bueyes cuando se les pone el pienso en el comedero. En aquel instante los bueyes gozan de la vida. Es muy pequeña la felicidad humana si se la comprar a la satisfacción que siente el buey cuando se le suministra un puñado de alfalfa. Los seres humanos no aceptan compararse con las bestias en sus satisfacciones. Como los humanos no sabemos otra manera de buscar la felicidad, lo intentamos como persiguiendo el viento que se les escapa por entre los dedos cunado se intenta atraparlo. Como todo lo que satisface a los sentidos no dura, se necesita intensificar la persecución de la felicidad porque las satisfacciones rápidamente desaparecen.


Intentar complacer los sentidos de la manera como el buey satisface los suyos cuando se le pone pienso en el comedero, nos lleva a pensar que la vida es muy desagradecida. No satisface porque el ser humano es mucho más que cuerpo. Sin saberlo se llega a la misma conclusión a que llega el autor de Eclesiastés cuando escribe: “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas, y he aquí todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol” (2.11).


El dicho que dice que el hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra es una gran verdad. No haber aprendido la lección que nos da el primer tropiezo, es ser muy necio seguir tropezando con la misma piedra infinidad de veces. Gato escaldado del agua fría huye. El hombre sapiens sapiens que dicen los científicos  que es, de sabio no tiene nada. Los animales irracionales son más  inteligentes que nosotros. Hemos perdido el control cuando buscamos la felicidad persiguiendo la prosperidad material con la falsa esperanza de que el dinero y todas las cosas que se pueden adquirir  con él, nos la vayan a dar. El bienestar material nunca da lo que promete. Como alguien ha dicho: “Quien ama la plata no se saciará con la plata y quien ama la riqueza no sacará ninguna renta”. Los placeres sensuales no satisfacen y la persecución irracional de la felicidad satisfaciendo los deseos sensuales nos ha llevado al consumo insostenible de bienes materiales que nos han conducido al cambio climático que amenaza con destruir la Tierra y haciéndola inhabitable, cosa que malmete la prosperidad. A pesar de ello, no nos despojamos de nuestra insensatez y persistimos en la locura del consumo insostenible que además es incentivado por la publicidad que no tiene entrañas. En tanto no impere la sensatez seguiremos considerando que “la felicidad auténtica solamente existe en la imaginación.


Que Rosa María Sardà piense lo que quiera sobre la felicidad. Si piensa que la felicidad auténtica solamente existe en la imaginación, es libre de creerlo. Porque ella lo diga los demás no tenemos por qué pensar lo mismo.


Jesús en quien habita la plenitud de Dios es quien puede proveer la felicidad auténtica en quienes creen en Él ya que es el Camino que conduce al Padre. Dios dirigiéndose a nosotros mediante la pluma del autor de proverbios, nos dice: “Ahora, pues, hijos, oídme: felices los que guardan mis caminos” (8: 32). La felicidad que proporciona creer en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo y guardan sus caminos, Jesús lo refuerza con estas palabras. “Cualquiera, pues, que oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la arena. Descendió  lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa, y no cayó porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7: 24,25). Los contratiempos que tan a menudo nos hacen tambalear nada podrán hacer para robar la felicidad en aquellos que edificamos nuestras vidas sobre la Roca que es Jesús.

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