La Coordinadora Estatal de las Comunidades Cristianas Populares (CCP), a través de este comunicado denuncian –indignadas- el nuevo ardid del PSOE que, en un mero afán electoralista, nos anuncia como avance lo que eufemísticamente llaman “laicismo inclusivo” demostrando que sigue siendo rehén de la Iglesia Católica y que nunca denunciará el Concordato, ni los acuerdos preconstitucionales con la SS.
La reciente medida del gobierno –que no de sus socios de investidura- de extender los privilegios fiscales de la iglesia católica a otras confesiones religiosas, nos parece una hipócrita e interesada unión del hecho político y el religioso (que nos retrotrae a los viejos estigmas nacional-católicos, a la vez que un insulto a la inteligencia.
La noticia -que no ha tenido demasiado eco en los medios del régimen que nos marcan interesadamente lo que es noticia y lo que no- supone que ortodoxos, budistas, mormones y testigos de Jehová, estarán exentos de pagar el IBI, el impuesto de sociedades, el IAE o las plusvalías, como así ya lo estaban evangelistas, judíos, musulmanes y la misma iglesia católica.
Desde las CCP ratificamos nuestra sempiterna apuesta por la Laicidad del Estado y decimos que no se trata de que las otras religiones o credos, tengan los mismos privilegios fiscales que la ICAR y que no paguen sus impuestos, sino –antes al revés- que todos los credos paguen como el resto de la ciudadanía, para que tengamos unos servicios públicos de calidad para toda la gente.
Las comunidades Cristianas Populares lamentan que se intente engañar a la población inventando eso que han llamado “laicismo inclusivo” porque la excusa del “Estado multiconfesional” no significa de ninguna manera un “Estado Laico” y ni siquiera el Estado No-confesional.
Finalmente nos recuerdan el pasaje de los evangelios sinópticos cuando rezan: “Dad al cesar lo que es del César y a Dios lo quees de Dios” (Mt 22, 21) que nos habla de no mezclar estos dos planos: el del respeto a las leyes civiles del ámbito estatal y el de la obediencia al ámbito personal. El segundo puede ser discutible, pero el primero debería de ser inviolable.
Por todo ello exigimos la total separación del estado y las respectivas iglesias y confesiones religiosas, así como la total extinción de todos los acuerdos, concordatos y beneficios de cualquiera de ellas.
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