Los hispanos “los de abundantes refranes” (nos llamaría Homero), los tenemos para todo y también para cualquier ocasión. Quien lo ponga en duda que inquiera en el Quijote y comprobará la abundancia de ellos que tenía el cazurro Sancho, aplicables a cada momento y, en ocasiones, aunque no viniesen a cuento. Cuando tenemos algún motivo de jolgorio, por una celebración familiar cualquiera, boda, bautizo, primera comuniónu otro evento que nos proporcione satisfacción, cumplir años, haber superado una difícil enfermedad…, nos sentimos rumbosos, generosos, y aveces dilapidadores y gastamos hasta lo que no tenemos. Me viene a la memoria una letra de un cante “jondo”, no recuerdo el palo al que pertenece, que decía: “Por Vd. empezó la fiesta (bis), si no tiene Vd. dineros, empeñe Vd. la chaqueta”. Más acertada no puede ser: quien quiera fiesta que la pague, y, si no, puede, que no la empiece. La frase que encabeza este escrito es la que normalmente se expresa cuando alguien hace un derroche exagerado para celebrar cualquier evento y gasta en ello hasta lo que no tiene. También me viene a la memoria que la empleaban los charlatanes que “daban duros a cuatro pesetas”. Era yo muy pequeño, pero recuerdo que, en la especie de tacón que hace la ermita de la Virgen del Socoro de Córdoba, muy cerca del Arco bajo de la plaza de la Corredera, solían montar sus tenderetes los charlatanes y vendedores ambulantes, quienes, con su facundia y desparpajo, convencían a las mujeres que, de vuelta a su casa, después de la compra en el mercado, atraídas por los pregones de los estos parlanchines, seentretenían atraídas por estos vocingleros. Sí que vendía, sí que hacían negocio. Eran únicos alabando sus mercancías, sábanas, toallas, mantas y un sinfín de artículos útiles para la casa. Su charlatanería y gracejo embaucaba a las mujeres. En cierta ocasión que mi madre se entretuvo y compró un juego de sábanas, elcomerciante, le dijo, “y para que el niño se vaya contento, le voy a regalar esta cartera de piel de gorrión”. Ciertamente, me obsequio con un billetero, pero no era de piel de gorrión, sino de papel pintado de color vino de burdeos. Su duración fue mínima. ¿A qué viene este extenso exordio? Ciertamente a que hoy quien empieza la fiesta no es un rumboso que desea celebrar algo, es nada más y nada menos que nuestro indescriptible Pedro Sánchez que, por su afán de mantenerse en el poder a costa de lo que sea está “Liquidando por derribo” a España. No quiere dejar el colchón de la Moncloa, así que para que esto no suceda, está “dando duros a cuatro pesetas”, saldando a España, ¡vamos que está tirando la casa por la ventana! En la insaciable búsqueda del voto, ya que teme que le quede poco tiempo de dormir en la Moncloa, está prometiendo “el oro y el moro”. Ha ofrecido cientos de miles de viviendas.Oferta que sabe que no podrá cumplir, porque, según los entendidos en ello, aparte de que construcción de las mismas depende de las comunicades autonómicas, así como de los ayuntamientos que son los dueños de los terrenos, no tiene tiempo para su ejecución ya que, para ello, se precisarían varios años. Caso aparte merecen las de la SAREB, pues parece ser que de los 2.709 pisos que hay en Madrid, sólo 5 están en condiciones de ser habitados. De las restantes mejor es no hablar, por las condiciones insalubres en las que se encuentras, Pagas, dádivas, bonificaciones en los transportes y todo lo que se le pueda ocurrir para engatusar a los incautos, lo está empleando para conseguir que los ingenuos se lo crean y lo sigan votando. Él dirá: “yo lanzo el anzuelo con un cebo incomestible, pero ya habrá algún tonto que pique, y me vote”. Pero los españoles tenemos una losa de la que apenas de habla y que tendrán que pagarla nuestros bisnietos. La deuda pública, que no deja de aumentar supera ya con creces el billón y medio de euros. A esto le unimos las da cada una de las CCAA, las de los ayuntamientos, diputaciones y cabildos insulares, y necesitaríamos más de una vida para poder pagar tanto como se debe. Pedro Sánchez ha empezado la fiesta, y, como no tiene dineros, empeña la chaqueta, la mesa y hasta el colchón de los españoles. ¡En qué mala hora se hizo cargo de nuestro Gobierno!
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