Llamadme raro, pitismiqui, toca hue… lo que queráis, pero no entiendo esta nueva tendencia que invade hoy a eso que llaman la nueva política y que ha traspasado sus barreras inundando incluso a los partidos tradicionales y que conlleva la adulación permanente, sin ningún tipo de crítica, al líder en cuestión.
Quizás se deba a una deformación profesional, soy actor, pero para mí la crítica es fundamental, es el único medio de evaluación del trabajo que se está realizando. La crítica es un medio de crecimiento personal y colectivo, es el nexo que debemos de mantener vivo con la ciudadanía. Los políticos no deben olvidar Jamás que son servidores de los ciudadanos, han sido escogidos por ellos, son sus representantes por lo tanto si a alguien se les debe rendir cuentas es a ellos y sus opiniones deben ser recibidas, escuchadas, analizadas y puestas en práctica en caso de ser sugerencias, deben ser el barómetro que nos indique el rumbo a seguir en todo momento.
Que la Derecha actúe de manera dictatorial es lo normal y lógico, es lo que todos esperamos y a lo que estamos acostumbrados. Dentro de sus organizaciones no existen las primarias para elegir candidatos ni las voces discordantes o “críticas” y esto a nadie llama la atención. Las designaciones a dedo son el modus operandi de estos partidos y así será, seguramente, por mucho tiempo.
Lo que realmente me preocupa, de manera significativa, es que dicha costumbre se haya trasladado a la Izquierda. Los Partidos de Izquierda nacen de los movimientos sociales, sus fundadores son trabajadores que se han organizado de manera libre y democrática para luchar por sus derechos, por lo tanto su génesis está en la confrontación de ideas, con un objetivo común, y en la confluencia de las mismas.
Teniendo en cuenta lo anterior, es absolutamente antinatural que un Partido Político de Izquierda aparte a aquellos que no piensan igual que el líder del mismo. El líder ha sido escogido por sus pares por lo cual tiene la OBLIGACIÓN de aceptar la crítica que viene de aquellos a quienes representa, el escuchar al divergente, analizar sus opiniones y rescatar lo que sirve es un acto básico de toda organización de Izquierdas.
¿Cómo podemos pedir acuerdos si somos incapaces de llegar a los mismos con los nuestros?
El deber de todo militante de Izquierda es defender sus propias ideas y si estas no concuerdan con las de quienes dirigen hay que manifestar el desacuerdo y ante este acto, de pureza y esencia ideológica, NADIE tiene el derecho de tildar a nadie de traidor, desleal ni nada que se le asemeje.
Un verdadero líder debe usar sus argumentos para poder seducir a los suyos y llevarlos por el camino que juntos han de trazar, pero nunca ha de utilizar la amenaza y el miedo para con los suyos, en el instante que lo hace se empequeñece y pierde toda calidad moral y ética para liderar NADA.
La única forma de crecer como Partido es por medio de la crítica, llenarse de aduladores es fácil y a la vez peligroso… no te fíes de aquel que ve todo lo que haces como algo excepcional, desconfía de aquel que es incapaz de estar en desacuerdo contigo, por el contrario conserva y respeta a todo aquel que te dice lo que no quieres escuchar.
Los Partidos Políticos, como yo los entiendo, son un espacio de confluencia de ideas, en el caso de la Izquierda con un objetivo común que es lo Social, todo lo que surja a partir de allí, más si es en las instancias propias de cada organización, debe ser respetado vaya en la línea o no de la dirección de la misma, la libertad de expresión es fundamental, es la única forma de tener una institución sana y limpia, que pueda construir por y para el bien de toda la ciudadanía.
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