Relato
"No se reconoció, todo era mentira"
Un día del tiempo, con el ulular del viento, el ambiente sufrió cambios. Primero, no sabía quién era, después dónde estaba , por último no sabía si era ser humano o de nuevo animal. Como todo tiempo cotidiano, todo volvía a cambiar, y no comprendía por qué. Tal vez, añoraba que todo regresará al estado antiguo. Era el destino. Pero. Lo cierto, era cambiante de nuevo. Sin embargo, don Juan estaba aterrado de ver aquella semejante transformación, tirado a su pariente, sucio, lleno de todo calache. No sabía si soñaba o estaba dormido o si la vida le estaba jugando una broma cruel.
Cuando se había habituado a su extraña condición de su pariente, don Juan, había encontrado en su haber mental un lugar donde era aceptado su pensamiento. Ahora era alguien famoso, su rostro en ese instante era cetrino. Y, como dueño del circo, cada día la gente hacía fila y pagaba su boleto de entrada, para observar al hombre que se convertía paulatinamente en un bicho, el cual, era el hazmerreir del público asistente.
En ese bicho había una metamorfosis extraña, de repente volvía a su estado antiguo, y otras veces se transformaba. Por supuesto que Luis el bicho lo entendía todo, es decir, cuando tenía esas transformaciones, que volvía a ser un humano normal y ordinario-bicho-, se encontraba confundido y atemorizado con la idea de serlo, y verse. Había aceptado su manera cambiante, aunque tardó mucho tiempo en aceptarlo y en darse cuenta que él no era un bicho, algo único e irrepetible. Alguien lo había desterrado del mundo. Sentía una inmensa sensación de fuego Luis el bicho, bajando por su garganta, pero extrañamente encontraba en la soledad paz.
Sus ojos en muchas ocasiones, se nublaban de lágrimas. Sus manos como si no fueran parte él, iniciaba a caminar lentamente, sosteniéndose de las paredes corridas por el tiempo, siempre hallaba una salida, pero nunca del circo. Pensaba y repensaba, ese era también parte de su consuelo, estaba consciente de su condición.
Sus familiares más cercanos, ahora al verle, eran despiadados, ni una solo palabra de consuelo, cariño le daban, para animarlo, salvarlo, después que él les había dado todo. Cuando, era ser humano normal, ordinario como cualquiera, no podía hacer parte de un espectáculo de monstruosidades, ahora le tocaba conformarse de nuevo con la vida triste de un humano cualquiera. Un pobre bicho convertido en hombre. Ese día logro salir del circo sin que nadie lo viera. Se alejó de allí pensando en que podría hacer. No tenía donde ir, su familia verdadera lo había abandonado. Quizás de esto se trata la vida, ante este mundo que anda al revés y al derecho, en un eterno retorno. Un día amaneces convertido en bicho, otro día terminas convertido en humano, que ironía de la vida ante tediosa mentira.
Luis siempre pensaba si su familia seguía en el mismo lugar donde todo había iniciado. Y. Si debía comenzar donde todo había terminado. Ese día caminó donde antes se encontraba el árbol de naranjas y vio salir un enjambre de escarabajos alejándose, entonces, Luis comprendió, que nunca se había dado enterado, había podido volar, que, se escondían en su ser un par de hermosas alas cristalinas y refulgente. Se lanzó al suelo y lloró y lloró como un niño. Entonces, observó su reflejo en un tuco de lo que había sido un espejo, no reconoció su rostro, entonces se dio cuenta, que ya no era él, que la vida lo había transformado en un eterno bicho de la maldad. No sé reconocía, y entendió, que todo era mentira.
'Pohema'
"Vulcanizando la espinosa insidiosa"
Oíd tumultos por la floresta y sobre el inmenso y vastos mares, y en la aurora bruma infinita; no es la estepa sonámbula, es el existir de esos sueños dolientes que edifican la melodía creyendo que el arado de la vida lanzará el sollozo de la resurrección terrenal ahora, y que mañana saldrá la boca de la ciudad, voluptuosidad de dulce, así adivinó el tiempo ante hímnicas conquistas inhumanas ante la inquina y la blasfemia. El odio emponzoña vibrante nota de esas rapsodias abruptas de “Babel” pasando por la senda(s) con mochila sinfónica desfilando por riberas, caminos tortuosos, para quizá dolores venideros empapados en lágrimas por la destrucción avizorada en el pentagrama de la vida con intensa armonía azul como un gesto musical vulcanizando la espina insidiosa en la fosa más doliente. Esa es la nueva sinfonía de tonos semitonos contra las notas naturales, e indisponer inmortal Estrella ante mística azul falsa. Siempre hay algo ante moustros de Babel.
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