Con cierto temblor me apresté esta mañana temprano a acercarme a mi colegio electoral junto a mi esposa. Me sorprendieron favorablemente las largas colas que se estaban formando antes de las diez de la mañana. Si algún político se maliciaba el aumento de la abstención, me da la impresión de que se ha equivocado de medio a medio.
En mi opinión hemos acabado hartos de campañas en la que no se ofrecía nada y se criticaba todo y deseando poner las cosas en su sitio. Como consecuencia: indiferencia total ante los mensajes políticos. De momento, este tema no da más de sí.
Lo he podido comprobar. He pasado el resto de la mañana reunido con un montón de personas mayores de distintas extracciones sociales e ideas políticas. Para mi sorpresa hemos comentado un poco las incidencias en las votaciones, pero nadie se ha manifestado como partidario de ningún partido y hemos disfrutado de la charla y la compañía.
Mi buena noticia de hoy me la transmite el pueblo español que ha madurado en muchos aspectos y especialmente, en la vivencia democrática sin problemas. No le bailamos el agua a aquellos que pretenden reverdecer los odios ancestrales y las dos Españas. De momento todo son buenas noticias. Mañana veremos si la cosa sigue así y nos encontramos con un horizonte político despejado y un futuro libre de grandes controversias.
Me parece que me he pasado de optimista. Ojalá no.
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