Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Pedagogía | Enseñanza | Reflexión | Docencia

Educación

Como docente ya casi jubilado, traigo a colación lo que, hace más de cuatro décadas, subrayaba el filósofo Gustavo Bueno
Juan Antonio Freije Gayo
viernes, 4 de agosto de 2023, 11:08 h (CET)

A vueltas con lo educativo y pedagógico, como docente ya casi jubilado,  traigo a colación lo que, hace más de cuatro décadas, subrayaba el filósofo Gustavo Bueno: "el gran sofisma que Platón nos ha denunciado en el Protágoras es el siguiente: el de quienes estiman que es lícito apoyarse en la evidencia axiomática de que el hombre sólo es hombre por la educación, para justificar la profesión del sofista como "científico de la educación", como maestro de humanidad y de sus virtudes más genuinas"(1). Bueno aseveraba, además, que los sofistas se reproducirán siempre, porque la multitud y los gobiernos necesitan a estos científicos de la personalidad o maestros de la virtud.


De este modo, en la Edad Media, la función de los sofistas habría sido desempeñada por el clero, por los curas de almas encargados de edificar a los individuos, de elevarles desde su estado natural (de pecado e indefensión) hasta su estado sobrenatural.  Así pues, lo que otrora fueron los sacerdotes, lo serían hoy los pedagogos científicos y, por motivos similares, los psicoanalistas y tantos psicólogos, siendo,  “las llamadas ciencias de la educación indudablemente la versión que en nuestro siglo encarna mejor a la sofística que Sócrates ataca en el Protágoras.” (1)


Y, en relación con todo ello,  topamos de nuevo con Sowell, citado ya en una columna reciente.  En este  caso, transcribimos la afirmación del economista afroamericano en el sentido de que “demasiado de lo que se llama 'educación' es poco más que un costoso aislamiento de la realidad”,lo que se relaciona con aquello que hoy  designamos  como “educación” y no ya “enseñanza” o “instrucción”. 


Los sistemas educativos, en el marco de la nueva pedagogía (que ni es tan nueva, ni tan pedagógica, tal vez ni siquiera científica por ideológica), devienen en catequesis y esta se basa en la transmisión de verdades reveladas y de moral única. Siempre fue el objetivo de cualquier secta, o de cualquier religión, aislar a sus catecúmenos y practicantes de la realidad, ahorrándoles el pensamiento libre y autónomo y dándoles la “verdad” en un pack previamente elaborado.


Hoy, como siempre, aunque más que nunca, la realidad no interesa y se sustituye por relatos alternativos en lo ontológico, en lo gnoseológico y en lo ético, por hacer un paralelismo con los viejos sistemas filosóficos.  Pero no se trata ni siquiera de filosofía, sino de teología pura y dura.


Sowell lo expresa con claridad en su sentencia.  Parece evidente que el uso de la lengua como vehículo de abstracciones (todo lo contrario de las famosas “situaciones de aprendizaje”) y de conocimiento riguroso, transmitido por quien domina una materia (solo un violinista puede enseñar a tocar el violín) retrocede y pierde sus últimas batallas frente a la catequesis. Sofistas. En eso estamos.


(1) GUSTAVO BUENO,  «Análisis del Protágoras de Platón», En Platón, Protágoras (edición bilingúe).  Clasícos El Basilisco. Pentalfa ediciones, Oviedo 1980..

Noticias relacionadas

Asco, repugnancia, bascas es todo lo que origina el PSOE con los más de cien casos de corrupción que lo acorralan en la actualidad. Las embrollos y marrullerías de Pedro Sánchez le facilitaron la gobernabilidad de España. Como paladín de la limpieza y buena ejecución de un partido de Gobierno, llegó a hacerse con el poder, aunque tenía menos votos que el PP, pactando con la hez de los partidos políticos con las que había repetido hasta la saciedad que jamás lo haría.

En el ámbito de lo consuntivo la elección de compra, para los <marketers> : “el momento de la verdad”, se presume a mi juicio del resultado de internarse en la revelación del episteme social y fenomenológico, y nunca por la necesidad recurrente de “emergencias productivas” que, por otro lado, y en la mayoría de casos, siempre vienen acompañadas de una impertinente divisa evangelizadora.

A través del hilo conductor de la escritura a uno le llegan los ecos de su imaginario clarividente, porque como decía aquel: «no hace falta salir para respirar porque podemos hacerlo desde casa, leyendo, pensando, sintiendo y escribiendo». Llevo muchísimos años escuchado el latido de la escritura: «el escribir te inspira, y tú inspiras a las letras».

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto