El asesinato de dos periodistas comunitarios al sur de Guatemala sacudió al periodismo esta semana. El país centroamericano es uno de los más violentos y con mayor índice de impunidad, además de la persecución a la prensa independiente.
En Estados Unidos, el allanamiento y la incautación policial de los equipos del periódico Marion County Record, en el estado de Kansas, disparó la alarma de los defensores de la libertad de prensa. Una orden judicial pidió el retorno de los equipos de trabajo.
Por otro lado, la Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia condenó un brutal ataque contra la periodista Daniela Valdez cuando realizaba una cobertura periodística en Sucre. Valdez sufrió golpes, intento de estrangulamiento, amenazas de muerte, el robo de su anillo de bodas y de su equipo de trabajo.
En Brasil, el ex presidente Jair Bolsonaro fue condenado a pagar una multa de 50 mil reales brasileños (US$10.000) por perpetrar 175 agresiones contra los medios de comunicación. Y en El Salvador, la asociación nacional de periodistas acusó al presidente Nayib Bukele de "criminalizar" a tres periodistas al relacionarlos con el caso del exasesor de Seguridad Nacional arrestado hace una semana.
En Honduras, la organización Reportar Sin Miedo condenó las campañas de desprestigio y las amenazas contra sus periodistas por parte de los propietarios de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), luego de haber hecho una publicación sobre la procedencia de sus bienes.
Finalmente, varios medios en Venezuela han sido objeto de suplantación de identidad a través de llamadas de WhatsApp que buscan hackear las cuentas de los lectores. Entre los afectados se encuentran los portales de Correo del Caroní, Radio Fé y Alegría, Qué Pasa en Venezuela, Venezuela al Minuto, Noticia y Punto y Red Digital, según informó el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).
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