Otro escándalo mancha al fujimorismo demostrando su corrupción y su hipocresía al hablar de ser un campeón del antiterrorismo.
El martes 29, el ucraniano Dmytro Chornyi fue arrestado por la policía de Albania, pues en 1999 fue uno de los tripulantes de la gigantesca aeronave de carga rusa Ilyushin IL-76 que, bajo bandera de Hungría, llevó 10 mil rifles de asalto soviéticos AK-47 calibre 7 que habían sido vendidos por Belarús al rey de Jordania, quien los volvió a vender al Perú, para que este país bajo la dictadura de Alberto Fujimori, se las vendiera por $US 15 millones a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Cada AK-47 fue adquirido por el fuji-montesinismo a $US 55, y las FARC, al final, pagaron hasta $US 750 por cada uno (casi 15 veces más que su precio original). En la transacción se lucieron y enriquecieron Vladímir Ilich Montesinos (jefe de la inteligencia de Fujimori) y Sarkis Soghanalian (el intermediario con Jordania), ambos colaboradores de la CIA.
Nunca ninguna insurgencia peruana ha tenido tal cantidad de dichas armas claves en cualquier guerra. La suma total de todos los rifles de asalto que hayan tenido los subversivos apristas de los treintas, del FIR, MIR o ELN en los sesentas o del PCP-SL y el MRTA en los ochentas y noventas, no llega a los que el fuji-montesinismo les dio a las FARC. Si los senderistas hubieran tenido 10 mil AK-47, bien pudieron haber tomado una o más capitales departamentales o haber desencadenado una guerra civil que durase hasta hoy.
Estos fusiles les fueron entregados a la guerrilla colombiana lanzándoles con paracaídas en la selva amazónica cercana al Perú en las madrugadas de marzo, julio y agosto de 1999.
Según El Tiempo de Colombia, el plan original de Montesinos contemplaba adquirir para las FARC 60 mil fusiles y misiles rusos Strella SAM 7. Además, incentivó un conflicto fronterizo con Colombia para sacar su tajada de nuevas compras de armas y poder meter la mano en los $US 1,500 millones que genera el narcotráfico en esas zonas.
El fujimorismo es un cáncer en la sociedad peruana, cuyo fin es enriquecer a su gente a cualquier precio. Hoy, desgraciadamente, este domina los poderes del Estado.
|