He visto y escuchado con atención varios capítulos de la bioserie: ELLAS SOY YO, que sin lugar a dudas es una bioserie bien producida y bien adaptada por sus editores, sus actore(a)s y productores, que más allá de reivindicar o darle créditos particulares a una televisora, más bien hace una autobiografía de *Gloria Trevi en sus propias palabras y lenguaje que no es maniqueo, también con su propia narrativa y representa la crónica de un pasado fallido y a la vez superado más allá del recuento de los daños, también con una abierta ausencia de CENSURA, sin buscar CULPABLES ni repartir CULPAS AJENAS, ya no victimiza ni criminaliza la condición femenina sino hace también una autocrítica de su pasado para proyectar un presente diferente: libre de culpas y de fantasmas.
Gloria Trevi en la década de los 90’S representó no solo una turbulenta y convulsionada década de cambios sociales y sacudidas políticas, Gloria a mi consideración fue un verdadero fenómeno social Mexicano que sacudió las buenas conciencias, rompió tabúes y añejos paradigmas de la familia monogámica y conservadora con las “buenas costumbres” sin pretender colocar a Gloria en el papel de Heroína y/o la mujer maravilla, directa y/o indirectamente ELLA SOY YO fue un canal de liberación y una válvula de escape para cientos, miles y millones de Jovencitas y muchachitas que proyectaban en Gloria la personificación de su inconformidad y que en forma instintiva se rebelaron en contra del Establisment de una sociedad subdesarrollada que mediante la paz, el orden y el progreso buscaban inscribirse en la incipiente globalización que fascinaba a las clases dirigentes y a las elites empresariales y financieras de la post guerra fría, zapatos viejos, voy a traer el pelo suelto y la Papa sin capsu se constituyeron o solo en los éxitos cinematográficos sino en el discurso irreverente, contracorriente y/o alterno ante el imperio del consumismo , la banalización del amor, los falsos estereotipos y ante la normalización de la violencia que si bien en aquella época no había llegado a generalizarse ni a masificarse pero ya se presentaba en las familias y en los clanes como la microviolencia que abría las venas de una sociedad sutilmente reprimida.
No es casual que la personalidad de Gloria haya atraído la atención de intelectuales como Carlos Monsivais, Soledad Loeza y Elena Poniatowska, incluso por el propio Subcomandante MARCOS, solo faltó le profundizar esa relación para transformarse en toda una experiencia cultural.
Tampoco Gloria Trevi pretendería asumirse coyunturalmente como una devota feminista e inscribirse en el feminismo militante que al reivindicar a sus coristas buscara obtener canonjías políticas, lo de Gloria es una confesión a cielo abierto, lejos del anonimato, pero también es la confesión de al muy estilo de Pablo Neruda, “Confieso que he vivido” la explotación sexual, comercial además del maltrato psicológico de su mentor, César Santiago( en el papel de SA) como el precio que habría que pagar por alcanzar el éxito y la fama, pero reconociendo la capacidad de Resiliencia de Gloria para superar ese tortuoso trance como versa una canción de los Beatles, “Largo y Sinuoso camino”, más allá del juego maniqueo del círculo vicioso de las víctimas y sus verdugos, aunque con el síndrome de Estocolmo, las victimas llegaron amar a sus verdugos, esa son las secuelas que ha dejado el cautiverio que más tarde se convirtiera en oportunidades creadoras, los claroscuros del arte en las fronteras de la locura y sus protagonistas: los artistas.
*Nombre artístico, Trevi es el acrónimo del apellido Treviño, no precisamente: la fontana de Trevi en Roma, Italia.
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