En la situación política actual, democracia y Estado de Derecho definidos en la Constitución, repaso al diccionario rae que fija conceptos: ‘Enclave’, territorio incluido en otro con diferentes características administrativas, políticas y geográficas. ‘Protectorado’, modalidad de administración por la que un Estado controla un territorio con entidad política dotada de autoridades propias. ‘Colonia’, territorio dominado o administrado por una potencia extranjera. ‘Metrópoli’, cabeza de estado, nación respecto de sus colonias. Además, dos precisiones: El Estado de las autonomías español es una estructura estatal descentralizada territorialmente en comunidades autónomas. Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España (Art. 30 C.e.).
Ante la deriva del Gobierno Sánchez, acuciado por los independentistas y parte de la izquierda que no controla, a cuenta del Proyecto de Ley de Amnistía, el PP presenta enmienda a la totalidad. Puede echar al sanchismo y abatir al Gobierno. Pero, aún siendo importante, hay algo más grave que la suerte de Sánchez y del gobierno de coalición que preside: Peligra la entidad y estabilidad nacionales y el futuro de todos; de España rota o entera, dentro o fuera de la UE. Lo nacional está sometido a personas o grupos. Hay deslealtad constitucional. España depende de los que quieren romperla. El Estado de las Autonomías y la democracia están en precario. Amenazan declaraciones de independencia. El Ejército y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado tienen deberes que cumplir. Se anuncian referéndums que provocan alarma. Se ve necesario reponer delitos que salieron del Código Penal. La Constitución necesita reforma. Se pide la disolución de partidos políticos que promuevan referéndums ilegales o busquen la independencia solos o con ayuda exterior.
Ante la Ley de Amnistía (L.A.), conviene ver los que andan en el ajo, sin estorbar o incordiando: PSOE, Sumar, Junts per cat. ERC, EH Bildu, PNV, algunos miembros del Grupo Mixto de Congreso o fuera. Y la Oposición PP, VOX y afines, permanentes o circunstanciales, como recambio al gobierno. Si la L.A., en manos del gobierno y sus socios, se aprueba, hay que ver y repasar, conceptos viejos de mal recuerdo, que llenaron partes de la historia y pueden volver: Enclave, Protectorado, Colonia o Metrópoli. A la luz de ellos, hay que ver la realidad de partes de España (Cataluña, País Vasco, Navarra y lo que salga, si sale): Territorios incluidos en otro con diferentes características administrativas, políticas y geográficas (enclaves). Modalidades de administración por la que el Estado español controla un territorio con entidad política dotada de autoridades propias (protectorado). O territorio dominado o administrado por potencia extranjera (colonia) por la metrópoli España.
Repugna, pero conviene tomar en cuenta la posibilidad de que Cataluña, el País Vasco y los que estén en esa situación, unidos o desmembrados entre ellos, puedan tomarse como enclaves, protectorados o colonias de metrópoli. A la vez, procede empezar a echar cuentas. De lo pasado, presente y futuro; y de cómo imponer equidad. Desde lo que se pueda calcular en la historia o desde la implantación de la democracia que pretenden mutar, como poco. Entre el España nos roba al trinque de teta española, hay que definir o imponer lo que conviene a la unidad que pueda alterarse. Además, hay que ver y tasar las transacciones de grupos (Junts, ERC, PVN, EH Bildu y otros), con el Estado, y las cuentas personales de los políticos, oligarcas y caciques que han servido y se han servido de España a lo largo de la historia, hasta ahora, ahora y a futuro.
Desde esa realidad, buscando equidad en la justicia nacional española, en tribunales de la UE, o en foros internacionales, la enmienda PP a la Ley de Amnistía que promueve el gobierno evita estropicios. En el Estado de las autonomías español, con estructura estatal descentralizada territorialmente en comunidades autónomas, aprovecha el derecho y deber que marca el artículo 30 de la Constitución española. A la postre, el PP al rescate de Cataluña y País Vasco.
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