La depresión infantil es, en la actualidad, una de las enfermedades más comunes entre niños y adolescentes, ya que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente un 3% de los mismos sufre depresión, presentando en muchas ocasiones síntomas similares a los de los adultos. Aunque cada vez se presta más atención a los trastornos relacionados con la depresión y la ansiedad infantil, en muchos de los casos se sigue subestimando la intensidad de este problema; lo que contribuye a agrandar la magnitud de cada caso no tratado y presentarse, incluso, una continuidad del mismo en la etapa adulta. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se celebra cada 13 de enero, desde anda CONMiGO, centro de terapias integrales de entre 0 y 14 años, explican cuáles son los principales signos de alerta y síntomas de la depresión infantil y en qué consisten los tratamientos o terapias llevadas a cabo con los niños afectados por este trastorno.
“La depresión infantil suele estar causada por diversos factores o acontecimientos vitales que impactan, de manera negativa, en la vida de los menores, produciéndose por situaciones conflictivas entre los progenitores, la separación de los padres, la sobreprotección o los sucesos estresantes y/o traumas. Además, un trastorno depresivo en la infancia también puede ser el resultado de la combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos, surgiendo a menudo de forma progresiva o repentina mediante la manifestación de diversos síntomas”, explica Irene López, directora terapéutica y psicóloga del centro anda CONMiGO Boadilla del Monte.
De esta forma, la depresión, que se produce de forma más frecuente en la población infantil femenina que en la masculina, presenta diferentes síntomas que, en muchos casos, dependerán de la personalidad del niño y la etapa de desarrollo en la que éste se encuentre. Así, en la edad preescolar, presentarán irritabilidad y tristeza, llantos repentinos y recurrentes, expresiones faciales tristes, apatía y aumento del miedo ante la separación de las principales figuras de apego; mientras que, en la edad escolar, además de lo anterior, sufrirán ansiedad, sentimientos de desesperanza, dificultades académicas y la presencia, incluso, de pensamientos de muerte. Por su parte, en lo que respecta a la etapa de la adolescencia, cabe recalcar que existirá una disminución progresiva de sus gustos e intereses, falta de destrezas sociales, dificultades para conciliar el sueño, intentos de suicidio y abuso de alcohol u otras sustancias.
Sobre las causas que originan la depresión infantil, es importante recalcar que esta enfermedad es de origen multifactorial, aunque la herencia genética, en muchas ocasiones, juega un papel determinante a este respecto, ya que se estima que entre el 60 y el 80% de los niños que sufren depresión grave o moderada suelen tener antecedentes familiares de trastornos afectivos. Sin embargo, en los casos de depresión más leves pueden influir aspectos como un ambiente familiar inestable o conflictivo, problemas escolares de integración social o experiencias traumáticas tales como pérdidas de personas de referencia o el bullying.
Cómo abordar la depresión infantil
La depresión tiene gran impacto sobre el crecimiento y desarrollo personal de los niños y adolescentes, así como su rendimiento escolar y sus relaciones familiares e interpersonales y, por ello, la identificación temprana y un tratamiento eficaz por parte de un equipo profesional será un aspecto fundamental a la hora de abordar este problema que, en los centros de anda CONMiGO, representa hasta el 40% de los casos.
“En nuestros centros, el tratamiento de la depresión infantil se realiza mediante una intervención junto a la familia y, si fuese preciso, mediante la coordinación con el centro escolar del menor. Nuestros psicólogos se encargan de evaluar los casos de depresión infantil mediante el uso de entrevistas, con la ayuda de cuestionarios específicos. Una vez evaluado el caso, se establecen objetivos terapéuticos y, después, comenzaría la fase de intervención, en la que se explicaría tanto al niño como a la familia qué es la depresión y en qué consiste”, detalla Irene López.
Así, según apunta la directora terapéutica y psicóloga del centro anda CONMiGO Boadilla del Monte, “se apuesta por enseñanza de las emociones básicas, así como su correcta regulación, gestión y expresión. También se busca con el niño actividades placenteras, creando un espacio seguro y agradable en las sesiones, para que acuda a ellas con motivación y ganas a las mismas; y todo esto se hace mediante el uso del juego”.
La familia, un pilar primordial a la hora de afrontar este problema
La directora terapéutica y psicóloga del centro anda CONMiGO Boadilla del Monte subraya que el papel de la familia en estos casos representará un aspecto clave a la hora de tratar esta enfermedad. “Es fundamental que los padres de los niños y adolescentes afectados participen en algunas sesiones y sigan las pautas acordadas, tales como el refuerzo positivo, decirles a sus hijos que lo están haciendo bien, evitando el castigo, cuando, por ejemplo, no tienen ganas de hacer cosas o actividades. Por otro lado, es importante enseñarles técnicas de relajación para que así aumenten los niveles de serotonina, fomentar el diálogo en casa, ya que es primordial que los niños con depresión verbalicen y exterioricen sus miedos e inquietudes. Además, es importante que salgan de casa, que les preparen actividades con las que disfruten y que promuevan la realización de ejercicio físico”.
Por último, otra pauta importante que incluyen desde los centros de anda CONMiGO es la enseñanza a los padres de la detección de posibles síntomas relacionados con la ideación suicida, así como la creación de un plan de seguridad ante posibles intentos autolíticos o suicidas.
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