Puede que alguno de mis lectores se pregunté la razón por la que fue nombrado patrón de este gremio, dada la impresión de ser un oficio un tanto moderno. Nuestro buen Obispo Francisco de Sales desarrolló su labor en Ginebra, la ciudad “del chorro” a orillas del lago Leman. Era un gran orador y un excelente escritor. Se dedicó a escribir folletos alentadores que después repartía casa por casa. En una palabra: fue un periodista de buenas noticias y de la Buena Noticia. Cada año nos reunimos un grupo de periodistas para conmemorar el día con una Misa y de paso, entregar distinciones por parte de la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. En dicho acto se premia a los medios y compañeros que se han distinguido por su trayectoria. En esta ocasión han sido homenajeados Canal Málaga TV. -una empresa en la que llevo una decena de años realizando programas solidarios-, y Rafael Contreras, un veterano periodista curtido en muchas batallas y con el que compartí una tertulia televisiva durante muchos años. A este acto acudimos muchos periodistas “mayores”. Aquellos que estamos retirados del fragor de las redacciones, de la lucha diaria por la exclusiva y por la búsqueda de una verdad que se aproxime a la VERDAD con mayúsculas. En un momento de la Eucaristía celebrada en honor de la prensa, así como en recuerdo del patrón, he podido escuchar una frase que me ha hecho pensar: “Los periodistas debemos llevar ánimo y esperanza a aquellos a quien nos dirigimos. Sin dejar de buscar la verdadera realidad de los hechos, intentar dulcificar el mensaje con una expresión un tanto más optimista”. Es cierto, hay un estilo periodístico que no es nuevo. Se trata de buscar el titular de la forma más atrayente posible. Y no podemos negar que lo que vende es el morbo. Últimamente se incurre cada vez más y en todos los medios, a la crónica negra y a la búsqueda de las peores actuaciones del ser humano. La filosofía de aquél “el Caso” publicación que tanto éxito tuvo el pasado siglo. Creo que durante la pandemia se suavizo bastante esta tendencia. Pero estimo que hemos vuelto a las andadas. Un año más me he vuelto a reunir con los viejos periodistas malagueños que fueron ejemplo para mí y que encaminaron esta última etapa de mi vida a intentar transmitir sentimientos positivos a aquellos que se presten a leer mis escritos.
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