“Buceadores del prójimo” sería un buen apodo para todos aquellos con inteligencia natural, conocedores de los bajos fondos, osados por sus intereses, calculadores del riesgo, ficticios protectores del “Capo”, minuciosos controladores, matones de apariencia y abandonados por todos los que se dicen “limpios de corazón”, “Paterfamilias” “Camorra”, “Cosa Nostra. Pobres “Buceadores” asfixiados en tiempo y forma por los que los contrataron.
El agua cubrirá sus cuellos y cantarán... pero el agua no bajará, cada vez subirá más.
La “Mafia” política, con nombres, ya no italianos, aprenderán también a bucear pero no en el agua sino en los despachos, primero de abogados “utilitarios”, después en los despachos experimentados (que nos enseñan, que antes de los buceadores actuales existieron muchos “homo sapiens” con distintas armas pero con los mismos fines).
“Mascarillas”, modernas “criptomonedas”, difíciles de entender, conocer y manejar: depende del porcentaje y los ”tontos homo sapiens” que se dejan engatusar.
La “Mafia” política, acompañada de los “atrevidos porteros sin títulos, abre puertas del vecino”, van construyendo imperios económicos paralelos y todos ellos han aprendido la primera lección: “¡Con lo bien que se va en el carro...! ¡que alguien se atreva a tirarnos...!
La Sociedad, aparecerá con el coro de los Niños de San Judas, cantando al unísono aquella famosa estrofa: “Los tontos fracasan no por ser tontos sino porque para defenderse CANTAN!
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