Escena en Rafah, la ciudad del sur de la Franja de Gaza atestada con refugiados desplazados desde otros lugares de ese territorio palestino. Voces de las Naciones Unidas advierten que una incursión militar israelí a gran escala puede provocar una gran matanza. Imagen: Unrwa
GINEBRA – Un ataque a gran escala sobre Rafah, la ciudad en el extremo meridional de la Franja de Gaza, podría provocar una matanza y paralizar la labor humanitaria en todo ese territorio palestino, advirtió nuevamente este viernes 3 la Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (Ocha).
Jens Laerke, portavoz de Ocha, dijo durante una conferencia de prensa en esta ciudad suiza que “cualquier operación terrestre significaría más sufrimiento y muerte. Podría ser una matanza de civiles y un golpe increíble a la operación humanitaria en toda la Franja, porque se desarrolla principalmente desde Rafah”.
Rafah, que contaba originalmente con unos 200 000 habitantes, recibió como refugiados a 1,4 millones de palestinos desplazados desde otros lugares de la Franja, después de que Israel lanzó hace seis meses su operación militar en Gaza.
La ciudad está en el límite sur con Egipto y es la puerta de entrada de la ayuda que prestan las agencias humanitarias y de la cual dependen para sobrevivir, en medio de la guerra, casi todos los 2,3 millones de habitantes de la Franja.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha dicho que se invadirá Rafah “con o sin acuerdo” para la liberación de rehenes israelíes en poder de la milicia islamista Hamás, cuyo último reducto estaría en el extremo sur de la Franja.
El actual conflicto estalló después de que Hamás atacó el sur de Israel el pasado 7 de octubre, lo que provocó 1200 muertes y la captura de 250 israelíes como rehenes, según Tel Aviv.
La respuesta militar israelí ha causado la muerte de más de 34 600 palestinos, herido a más de 77 8 00, destruido 70 % de las viviendas, dañado la infraestructura de servicios esenciales y forzado el desplazamiento de la mayor parte de la población.
Netanyahu ha dicho que “la idea de que detendremos la guerra antes de lograr todos los objetivos está fuera de discusión. Entraremos en Rafah y eliminaremos allí a los batallones de Hamás, para lograr la victoria total”.
Gobiernos aliados de Israel han pedido que no se efectúe la prevista invasión militar de Rafah, y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo “un llamamiento a todos los que tienen influencia sobre Israel para que hagan todo lo que esté en su mano para impedirla”.
“Un asalto militar a Rafah supondría una escalada insoportable que mataría a miles de civiles. Tendría un impacto devastador en los palestinos de Gaza, con graves repercusiones en Cisjordania ocupada y en toda la región”, advirtió Guterres.
El asalto sobre Rafah ya tendría fecha -no revelada- y entretanto prosiguen negociaciones, a través de gobiernos intermediarios árabes y occidentales, para una tregua de 40 días durante la cual se daría un canje de rehenes israelíes retenidos en Gaza por palestinos presos en cárceles de Israel.
En previsión de ese asalto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de planes de contingencia, con la advertencia de antemano de que son de tipo “curita”, insuficientes para evitar que empeore la situación de catástrofe en Gaza.
“Este plan de contingencia son curitas. No impedirá en absoluto la importante mortalidad y morbilidad adicional esperada causada por una operación militar”, dijo Rik Peeperkorn, representante de la OMS en el Territorio Palestino Ocupado.
Hablando por videoconferencia desde Jerusalén, el médico de la OMS advirtió que una operación militar provocaría una nueva ola de desplazamientos, más hacinamiento, menos acceso a alimentos, agua y servicios sanitarios esenciales “y definitivamente más brotes de enfermedades”.
“El debilitado sistema de salud no podrá soportar la magnitud potencial de devastación que causará la incursión”, insistió Peeperkorn.
Después de casi siete meses de intensos bombardeos israelíes, sólo 12 de los 36 hospitales de Gaza y 22 de los 88 centros de atención primaria de salud del enclave están “parcialmente funcionales”, según la OMS.
“El sistema de salud apenas sobrevive. Si se produce alguna operación israelí que signifique que la población y los pacientes no podrán acceder a los hospitales, ¿qué pasará con esos pacientes? Sería una catástrofe”, dijo Peeperkorn.
El empeoramiento de la situación de seguridad también podría impedir gravemente el movimiento de alimentos, agua y suministros médicos desde los puntos fronterizos hacia el interior de Gaza y a través de la Franja, según indican la Ocha y la OMS.
A-E/HM - Fuente: IPS
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