Filmin estrena el próximo viernes 17 de mayo, en exclusiva en plataformas digitales en España, "Slow", segundo largometraje de la directora lituana Marija Kavtaradze. La película destaca por ser una de las primeras producciones cinematográficas que aborda de manera frontal la asexualidad, el bajo o nulo interés o deseo por la actividad sexual. El film adopta las formas de un drama romántico clásico para presentarnos la relación que mantiene una bailarina llamada Elena con un intérprete de lenguaje de signos llamado Dovydas; una relación marcada por la asexualidad de él que va a suponer un enorme reto para ambos. "Slow" representó a Lituania en la última edición de los Óscar tras su estreno mundial en el Festival de Sundance, donde Kavtaradze ganó el premio a la Mejor Dirección. Fue estrenada en cines en España por Surtsey y Filmin el pasado mes de enero, y cuenta con la participación de la productora española Frida Films ("Tres", "María y los demás").
La directora define así sobre qué habla su película: "Trata sobre diferentes necesidades físicas y cómo estas afectan a una relación, la relación con nuestro propio cuerpo, las expectativas que tenemos sobre cómo debería ser una relación romántica, los roles de género en las relaciones y la necesidad de obtener aprobación a través del deseo y el sexo. Sobre todo trata de la autoaceptación y la honestidad con uno mismo y con los demás". Kavtaradze reflexiona también sobre la dificultad de representar la sexualidad en una película: "La sexualidad es un espectro tan amplio que a veces es complicado representarla de una manera precisa, sobre todo porque cada pareja es un mundo, y además también puede cambiar con el tiempo".
Los actores Greta Grineviciute (bailarina profesional que debuta como actriz con "Slow") y Kestutis Cicenas ("Seima") formaron un tándem de química perfecta en el set. Para las escenas más íntimas, contaron con la ayuda de la coordinadora de intimidad Irma Pužauskaitė, una de las primeras personas de los países bálticos formada para ejercer este rol. "No solo habló con Greta y Kestucis sobre sus límites, asegurándose de que todos nos sintiéramos cómodos, sino que además pudimos sumergirnos realmente en cada escena íntima, debatiendo y ensayando cada movimiento y resaltando qué era lo más importante. Tener a Irina en el set nos ayudó a concentrarnos en lo verdaderamente importante sin preocuparnos por si alguien se sentía incomodo o perdido".
Kavtaradze confiesa que el título de la película proviene de la canción que estaba escuchando en el momento en que uno de los productores la llamó para preguntarle precisamente por el título: "Slow", de Leonard Cohen. De algún modo también es una defensa de la pausa en estos tiempos de relaciones fast food: "Generalmente esperamos que las relaciones vayan genial muy rápido y si no lo hacen, entonces continuamos hacia la siguiente conquista. Tiene cierto sentido, pero también nos perdemos muchas conexiones potenciales que podríamos crear lentamente", concluye la directora.
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