Trece años hace del 15M, cuando espontáneamente grupos de personas acamparon en plazas en la mayoría de las ciudades de España. Fue un movimiento pacífico reclamando mejoras en todos los aspectos sociales para la población. Mejoras que, trece años después, el PSOE se está arrogando como propias las Reivindicaciones Sociales y Políticas del programa del partido que surgió de las plazas, PODEMOS, cuando en un principio callaba, tildaba de exageradas o negaba.
Aquel movimiento pacífico fue el inicio de una gran marca reivindicativa y se plasmó en la creación de un partido que llegó a gobernar en coalición con el PSOE en enero de 2020, a pesar de su silencio anterior en muchas de aquellas reivindicaciones.
El nuevo partido desde un principio estuvo en el punto de mira de muchos partidos del espectro político y económico. Más aún cuando PODEMOS gobernó, etapa aciertos y desaciertos, pero sobre todo traiciones, incluyendo persecución parapolicial cuasi consentida por la actitud silente de buena parte del gobierno de su coalición, el mismo que se define democrático. Su estrategia fue aupar a determinados elementos de la coalición con el fin de anular o tergiversar las reivindicaciones del 15M que defendía PODEMOS, con el fin de volver al Bipartidismo, posiblemente animaron a crear un partido escoba, SUMAR, que surgió desde la coalición y también silente ante ciertas maniobras contra determinados miembros de PODEMOS.
Su traición y silencio esperan ser recompensados, bien para lograr un lugar en ese partido, Fundación o alguna parcela de poder cercana, posible promesa no escrita, aunque se aplicará a determinadas personas, otras serán abandonadas a su suerte aplicando la frase de Quinto Servilio Cepión a los asesinos de Viriato - Audax, Ditalcos y Minuros - «Roma no paga a traidores», ese día está cercano y puede que algunos de esos izquierdosos cobren con esa misma moneda por descabezar a PODEMOS. Pero el 15M como protesta reivindicativa permanecerá siempre en la retina colectiva, y quedará plasmada en la historia española como un movimiento no belicista, porque su única lucha fue la confrontación política por reivindicaciones en beneficio de la clase trabajadora mientras gobernó, y posteriormente desde el Grupo Mixto.
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