Escribo poemas al Alba, sugiriendo mi derrota, mi derecho a la vida y perfeccionamiento idiota. Y a ti te dejo pensando en los aires de grandeza, de seguir sobreviviendo sin dolores de cabeza muy lejos, lejos de mí.
Eso es así... así lo cuento... así lo veo, así se debe conocer. Que ser Alba no sea un sueño de idiotas, que no se llegue en mi ser a la derrota, derrota es mi vida personal, pero no debe serlo el fallar en ser Alba, en poseer la cualidad de interpretar lo que debe hacerse en cada caso, en cada momento, en cada día y cada hora en que Dios me permite seguir viviendo, aunque sea en esta tierra sin fe, con miedo, pero también sin coraje para mover un dedo, o dar algo de ellos para lograr la armonía, el fin de las guerras, la felicidad terrenal... que las cosas sean como tienen que ser, el fin del odio entre las diferentes naciones y el triunfo del Alba blanca y justa.
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