Por mucho que proliferen las “escuelas de escritores”, una especie de academias en las que dan recetas para producir – y no me he equivocado de verbo – un relato, una novela o un poema, lo cierto es que para cada “norma” existe tal cantidad de excepciones que, como decía un viejo profesor mío, la regla se diluye en las salvedades; es decir, acaba por no existir. Lo mismo que ocurre con las reglas de pronunciación del inglés o con las previsiones meteorológicas.
Sorprende, porque es “rara avis”, cuando llega a tus manos, una obra que tras su lectura se te antoja redonda, casi esférica en su concepción; es decir, tan bien ideada y escrita que no presenta fisura ni una ligera abolladura, al menos aparente. Leí TODO PUEDE EMPEORAR – la primera novela publicada de Joaquín del Palacio – hace algunos meses; algo antes de su presentación en Madrid, en diciembre de 2023. Se trata de una historia dramática nimbada toda ella de elementos de humor negro, muy negro, con el trasfondo de un Madrid prácticamente actual, sobre el que entonces se cernía la sombra de la pandemia. Los personajes – cuatro principales – desarrollan en la trama un juego de intereses contrapuestos, de iniquidades y situaciones tragicómicas que en absoluto hace presagiar un final tan inesperado como original.
Y sin desvelar, por supuesto, en qué consiste esa apoteosis final de la novela, he podido hablar sobre ella con su autor.
¿Por qué se te ocurrió la idea de escribir precisamente esta historia? Esta es la tercera novela que escribo, aunque haya sido la primera publicada. Las dos anteriores, que permanecen inéditas, tienen muy poco que ver con esta. La primera se inspira en el tiempo de mi vida que pasé en África y la segunda, que verá la luz muy pronto, en una historia bastante descarnada sobre la vida de unos mendigos. El proceso de escritura de TODO PUEDE EMPEORAR fue muy rápido; me llevó cinco meses terminar el manuscrito original, lo cual es sorprendente tratándose de un libro de más de quinientas páginas. Por supuesto, como suele suceder, casi empleé más tiempo en corregirla que en escribirla. Comencé poco antes de la Navidad de 2022 y la di por terminada hacia la Semana Santa del año siguiente. Y curiosamente el proceso de encontrar una editorial que se interesara en publicarla fue muy rápido y muy exitoso. Tres se mostraron dispuestas a hacerlo y finalmente fue Azimut la que sacó el proyecto adelante, ya que el editor se enamoró de la novela y entre nosotros hubo una gran conexión desde el principio. Tuve la suerte de poder elegir editorial; algo muy infrecuente cuando eres un autor nuevo.
La trama es bastante compleja, ¿La estructuraste primero o dejaste que la propia historia te guiara? Mi forma de escribir se acerca más a lo segundo. Suelo tener una idea vaga primero; pero esa idea es tan poco definida que va variando conforme avanza la novela. En cierto modo es como si los personajes fueran cobrando su propia entidad. Esta novela en concreto está escrita en primera persona, con lo que has de asumir el punto de vista de los diferentes personajes y ponerte en su lugar; “luchar” por cada uno de ellos en su enfrentamiento con los demás. Es un drama que trata sobre todo de colisiones entre personas, de intereses enfrentados.
¿Cómo definirías “Todo puede empeorar”? ¿Es una novela de humor negro o algo más próximo a una caricatura con una cierta crítica social? En realidad no tenía la idea preconcebida de escribir una novela de humor. Salió de esta manera en parte porque soy así; corresponde a mi forma de ver la vida. Me apetecía contar algo sobre lo que pudiéramos llamar “la crisis de la clase alta o medio alta”, porque lo más habitual es aludir a la crisis de los estratos más bajos de la sociedad, pero de hecho puede existir otra igualmente profunda que incumba a los estratos altos, que no tiene que ver directamente con la escasez de comida o cosas muy básicas, sino más bien a la manera de relacionarte con los otros, con tu propia familia, cuando vienen mal dadas y no sabes cómo decirles que este año lo de ir a esquiar a Baqueira Beret por Navidades no va a poder ser. En esta novela he querido retratar esa crisis con un tono de burla, de la incredulidad que brota cuando se exclama: “¡No me puedo creer que estas Navidades no vayamos a esquiar a Baqueira Beret!” Eso que puede sonar a broma para unos, resulta ser un drama para otros. No hay duda de que me estoy mofando de la “crisis” que puede sufrir esa gente que lo tiene todo (o casi todo) , en el momento en que las circunstancias les impiden seguir con su estilo de vida; por ejemplo, cuando se ven obligados a cambiar a los niños de colegio o cuando han de renunciar a viajes que antes hacían. El protagonista de la novela, Pedro, ante una situación como esta, elige un camino que no hace más que empeorar las cosas.
¿Cómo diste cuerpo a los personajes? ¿Te inspiraste en gente que conoces o elaboraste una ficción con elementos que has recogido de una realidad más abstracta? Es una ficción que recoge algunas esencias de personas que pueden existir. De hecho, el personaje de “Ferrán”, con todo su patetismo un tanto ridículo, está basado en alguien que conocí, pero también incluyendo elementos del carácter de otra persona; es decir, vas incorporando distintos rasgos hasta crear un personaje que tiene entidad propia. “Angie” es un personaje más habitual; se trata de una mujer joven con una hija, que viene de Argentina a buscarse la vida en nuestro país. Se trata, pues, de una inmigrante que lucha para que su hija no sufra las carencias que ella ha padecido. Es guapa e inteligente y utiliza ambos recursos para salir adelante. “Loreléi” es también un arquetipo de persona en muchos aspectos: se trata de una mujer rica que no se aguanta a sí misma; descreída y con algunos valores equivocados y con una verdadera incertidumbre o incluso confusión ante los años venideros. “Pedro”, al que antes me referí, es un personaje muy común; he conocido muchos “pedros” durante los años que van del 2008 al 2014 aproximadamente, los años de la crisis económica. Eran personas acostumbradas a un determinado estilo de vida, que vivían en casas fantásticas, que conducían cochazos etc. y que de pronto se vieron en la ruina. Este es quizá el personaje que mejor he conocido, ya que hubo muchos como él en mi entorno.
Todo escritor tiene sus autores de referencia, ¿Cuáles son los tuyos? Me refiero en concreto a aquellos que te puedan haber sugerido la forma de abordar esta historia Me parece una pregunta casi inabarcable (bromea) No sé en realidad si tuve presente a autores concretos o más bien determinados libros… Durante el proceso de escritura no fui consciente de ello; fue después cuando me di cuenta de esa influencia y, en concreto, de “Las amistades peligrosas” (Pierre Chordelos de Laclos) ya que coincide con ella en cómo se utiliza el amor para lograr fines y de qué manera nadie es inmune al amor. El amor rompe los planes que tú tienes; eres incapaz de quedarte fuera de ese influjo y una vez que estás enamorado cuesta mantener un comportamiento muy calculado, muy cerebral. A partir de ese momento comienzan a intervenir factores pasionales que te impiden cumplir los objetivos que tenías trazados. En cuanto a la forma narrativa, “Los santos inocentes” ha sido siempre uno de mis títulos favoritos y me encantaba la idea de que la historia fuera presentada desde distintos puntos de vista. Por eso en mi novela aparecen los cuatro narradores, que no son otros que los propios protagonistas.
Por otra lado, en la parte de humor zafio y un poco histriónico que aparece de vez en cuando, no voy a negar una cierta influencia de “La conjura de los necios”, novela en la que abunda un cierto humor grotesco. Por supuesto tengo otros muchos autores favoritos, como Knut Hamsun, Bukowsky o Henry Miller, pero no existe influencia alguna de ellos en esta obra. Otros más actuales que leo con avidez son Jeffrie Eugenides, Wallace, Ford, Philip Roth, Franzen… Sorprendentemente son todos norteamericanos. En cuanto a los españoles hay uno, David Trueba, que me interesa especialmente; aunque acaso sea más conocido como director de cine, pero que es también un excelente escritor.
La novela fue presentada por primera vez hace seis meses, ¿Qué acogida ha tenido hasta la fecha? La repercusión a nivel de medios de comunicación ha sido prácticamente nula. No obstante, en cuanto a ventas y su eco en las redes sociales ha ocurrido todo lo contrario. La acogida ha sido espectacular; ha habido muchísimas reseñas, todas muy favorables. Ha habido reseñadores muy severos, muy críticos, que la han valorado con un 4,5 sobre un máximo de 5, lo cual es muy significativo. Puedo decir que la novela ha encantado y, por lo tanto, se ha vendido muy bien. Es la novela que, en lo que va de año, ha tenido más ventas de toda la editorial y continúa así. El próximo viernes 14 de junio habrá una segunda presentación en Madrid (librería La lectora infiel) coincidiendo con la Feria del Libro.
¿Qué razones puede haber para ese silencio por parte de los medios? Hay diferentes razones. Una de ellas es que mi editorial es muy pequeña y no tiene capacidad para conseguir abrir las puertas de los medios de comunicación. Ha habido casos curiosos, como, por ejemplo, que el crítico de El País, Jordi Gracia, haya decidido no comentar nada sobre ella en el periódico tras haberla leído. Los medios actúan según el grupo que se halle tras ellos; por ejemplo, Planeta o Prisa etc. tienden a hacer publicidad sólo de sus autores, tanto sean traducidos o en lengua española. No existe apenas interés por hablar de autores que publiquen sus obras en editoriales no adscritas a esos grupos. Esa circunstancia limita muchísimo la posibilidad de que un medio generalista o un periódico de tirada nacional se refiera a tu obra.
Por otro lado – y esto que voy a decir no tiene nada que ver con intereses editoriales o corporativos – la novela española tiende a lo trágico, a aventar traumas y cosas horribles. El escritor español no es muy dado al humor; de alguna manera lo considera un subgénero. Si en lo que escribes hay humor, se diría que estás haciendo algo de menos valor y más intrascendente. TODO PUEDE EMPEORAR es una novela dramática, aunque Azimut me la haya publicado dentro de su sección de humor. Sin embargo es curioso comprobar las diferentes reacciones que ha suscitado entre los lectores que se han puesto en contacto conmigo por Instagram o directamente: para unos se trata simplemente de una novela de humor, mientras que otros sí son capaces de ver ese punto de sufrimiento humano y en sus conclusiones van más allá de la capa de humor que envuelve a la historia. Para ello hay que ser un lector más sutil.
Ese humor que yo no llamaría “zafio”, sino más bien “crudo” o “grotesco”, es una constante en toda la novela. Y, en mi opinión como lector, no la haría “apta para todos los públicos” o “estómagos delicados (todo esto con las comillas correspondientes) ¿Estás de acuerdo con esta afirmación? Esa es la pura verdad; no puedo estar más de acuerdo. Ha habido gente a la que le ha gustado la historia y el estilo literario, pero que rechaza las escenas, digamos, “subidas de tono”. Otras personas no lo ven así y las asumen sin problema como parte de la trama. Podría haberlas suavizado, pero me pareció mejor que fueran explícitas; aunque algunas de esas partes fueron modificadas a partir del manuscrito original y sí fueron, en parte, suavizadas.
Ha llegado a mis oídos que la novela se convertirá en una miniserie de televisión, ¿Qué me puedes contar sobre ello? Estoy en contacto con una productora y dos cadenas grandes para adaptarla. He tenido la suerte de poder llegar bastante lejos y el proyecto va tomando forma de manera clara. Sin embargo, entenderás que no te pueda dar más detalles por el momento. Lo que sí te puedo decir es que la idea va desarrollándose, hasta el punto de haberme formado una lista de preferencias en cuanto a los actores que darían vida a los personajes: Fernando Gil, para el papel de “Pedro”; Barbara Leni, que haría una estupenda “Loreléi”; Carlos Areces, como “Ferrán”. Y he dejado en último lugar a quien tengo más claro de todos: Delfina Chaves, que encarnaría a la fascinante “Angie”. Yo creo que todo va a ir adelante y en cuanto al guión, debo decir que la propia novela presenta la ventaja de haber sido concebida de manera muy visual. Y desde luego me gustaría participar en la elaboración del guión y ver cómo esos personajes salen del papel y cobran vida real.
Para terminar, voy a hacerte la pregunta de rigor: ¿Tienes alguna otra obra en capilla? Efectivamente tengo una terminada, que ya ha sido entregada a la editorial. Está a la espera de las correcciones finales, galeradas, ferros y demás; pero por otro lado existe otra que debo revisar a fondo para introducir en ella elementos de humor que creo que aún le faltan. Y por si esto fuera poco, he comenzado una nueva que podría considerarse de humor, pero de un humor surrealista. Estoy tratando de emplear un estilo que para mí resulta nuevo, lo que me está costando bastante esfuerzo. Me lo estoy tomando como una especie de ejercicio y acaso sólo quede en eso; nunca se sabe… Tengo muchas historias en mi cabeza y deseo contarlas. -----------------------
Terminada la entrevista, hay una frase de Joaquín del Palacio que no me resisto a reproducir: “La escritura y la corrección me ocupan casi el mismo tiempo”.
Porque no existen fórmulas para escribir una buena novela. Sólo se precisa talento, oficio y muchas horas de trabajo.
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