Presentamos poemas de la poeta hondureña Alejandra Maldonado Erazo, quien nació el 3 de diciembre de 1982, en la ciudad de San Pedro Sula, Cortés. Realizó sus estudios superiores de Ingeniería Industrial y Sistemas en la Universidad Tecnológica Centroamérica (UNITEC) de San Pedro Sula. En contraste con su título como ingeniera, descubrió su pasión por el maquillaje, lo cual, la llevó a capacitarse como maquilladora profesional a través de diversos cursos y talleres, mostrando mayor inclinación en el área de efectos especiales. Comenzó su desempeño en el rubro a partir del año 2011, como emprendedora en su propio salón y como instructora en una academia de San Pedro Sula.
Posee un alto compromiso con su desarrollo personal. Ha participado en varios cursos y seminarios, cuyos temas abarcan: autocompromiso, desarrollo personal, mantenimiento preventivo total, ingeniero industrial frente a la globalización, derecho ambiental, finanzas personales, valor empresarial, entre otros. Amante de la música y de la buena literatura. Desde temprana edad, se inclinó por el género lírico, al inicio fue su mecanismo expresivo, luego se convirtió en parte de su esencia. Su inclinación por las letras la ha llevado no solo a escribir poesía, sino también a experimentar en narrativa, redactando cuentos cortos. En el año 1998, participó en el “1er Encuentro Regional de Escritores Jóvenes, poeta José Luis Quesada”.
Actualmente, forma parte del equipo de Guancasco Editorial, como creativa e imagen representativa. Si le preguntan a Alejandra, el motivo por el cual eligió publicar un libro de poemas, ella dará la siguiente respuesta: “Mi corazón se expresa en poemas, mi alma desborda en sentimientos y mi mente escribe en rimas”.
A la mierda A la mierda, báculo de tiranía subyugante que carcome lentamente el resplandor de felicidad y razón. Precisamente, a la mierda todo aquel neandertal con su raciocinio retrógrada y cuadrado queriendo mis alas fragmentar. Pretérito reasignado al ayer, lo antiguo no estropeará ni se colará en mi presente. A la mierda si aún creen que mi pensamiento evoca al vulgar. Silencio todavía más ensordecedor que la palabra mi discurrir fluye sin malicia, dimanar de mis solicitudes es derivación de mi empático proceder. A la mierda, subversivo entendimiento que despotricando insultos sin mesura daña por completo mi encanto. Tempus En el Solsticio de mis días Cronos a la puerta ha tocado persistiendo en dilatar a tempus, la distorsión se apodera de la mente. En la noche más oscura de mis anhelos a lo lejos resuenan las más dulces notas de la clepsidra de mi vigor. Susceptible calidez de Aión mi razonamiento contiene y sostiene. Efímera la esperanza resulta ser cuando los acontecimientos se presentan como punto de inflexión. Taciturna alacridad que me guía hasta la presencia de Kairós, persistiendo en dilatar a tempus, circunspecto proseguir de la voluntad ante la voracidad del pensamiento. Empíreo Eburno candor de tu presencia vorágine de caricias y besos, limbo de sensaciones en la piel me conducen al averno de placer. Cancerbero llama a tu puerta sofocándote hacia el Aqueronte del ayer, ultratumba de tristeza donde el sol calla tu fulgor. Contrapaso de dolor erigiendo cenotafio a Minotauro, contrito corazón sea purificado en ascensión. Acaece iluminada revelación dulce purgatorio canela de mi esplendor, procesión angelical junto a Beatriz embriágate en las corrientes de Lete Medra al empíreo de mi amor. Deviene iluminada revelación dulce purgatorio canela de mi esplendor aquella voz que sostiene tu mentón, embriágate en las corrientes de Lete medra al empíreo de mi amor.
Paladina
Empalando la subversiva realidad, pernocta la mente como enjambre de dolor, miedo que carcome; ira: consejera en la intimidad ante el juicio desmesurado. Dulce paladina de extremo candor, ¿por qué tu fulgor escondes? ¿acaso no eres más digna y real que toda esa esquirla agónica adyacente? ¡Brilla, como solo tú sabes brillar! Sobre tu esencia, copiosamente llueve alas raídas con desabrido desdén, lágrimas secas entre besos de sotavento ¿Qué harás ahora, apacible heroína? ¡Desenfunda tu valía y tu amor! ¡Levántate, oh gloriosa paladina!
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