Buscar “normalizar” el desarrollo de la política y “convalidar” la sociedad por encima del “derecho” y el cuadrante Constitucional, nos llevará a la división social; volverán los buenos y los malos, los azules y los rojos, las leyes se convertirán en decretos; los viales, radiales hacia un centro unificador, se transformarán en caminos o senderos con destinos egoístamente personificados.
La disolución de una sociedad comienza cuando las “Reales Academias” se convierten en “Centros políticos de formación nacionalistas”.
Si la Sociedad Civil no se defiende, terminaremos por acudir a las puertas de los Juzgados y encontrarnos con cientos de despachos abiertos para impartir justicia por “decreto”; eso es como querer buscar “una aguja en un pajar” o pensar que vamos a ser capaces de saber dónde está la bola del “trilero”.
Se decía “ todos los caminos llevan a Roma”; ahora se dice: “Toda sociedad gobernada por Decretos es una sociedad muda”.
Ante esta situación, el pueblo sencillo, el que alumbra los amaneceres, debeaprender a no odiar; debeaprender a vivir en una sociedad que llaman libertad“con clase de “primera” y con clase de “segunda” que incluye el estraperlo prohibido pero consentido.
Gobernar, como Pedro Sánchez, con el Decreto en la mano es volver a vivir pensando que los enemigos nos rodean, que la tradición religiosa es un cáncer con metástasis de púlpito y que la violencia de los “míos” es “defensa” de una verdad “ideológica”...
La libertad encajonada provocará la violencia, históricamente conocida como “levantamiento”, pero nunca se reconocerá que fueron los “Decretos” los que encerraron las “bestias”, bendecidas por el equipo autócrata gobernante.
Me gustaría cantar el himno de la alegría, sentado a la vereda del un riachuelo, pero no puedo, sólo oigo ruidos, deben ser los Falcon, hornacinas de sueños dorados de los autócratas y populistas... “aprovechados”.
Sólo hay un remedio: VOTAR EN LIBERTAD LA LEY, a pesar de que alguien encajone bestias que quieran destrozar la convivencia Constitucional.
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