Según la OMS, la salud emocional es “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias emociones, puede manejarlas adecuadamente, está capacitado para enfrentar los desafíos de la vida y establece relaciones saludables con los demás”. Encontrar el balance perfecto en los distintos aspectos de la vida y equilibrar la parte mental, física, emocional y espiritual no es fácil, pero ya se ha convertido una tarea pendiente para muchos españoles.
Bajo la premisa de que cada vez son más personas que son conscientes de la necesidad de cuidar su salud emocional, el VI Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon muestra las medidas más adoptadas por los encuestados para sentirse mejor psicológicamente. El cambio de rutinas y hábitos (dormir más, comer mejor o hacer ejercicio físico) se encuentra en primer lugar para un 37,5% del total (8,2 puntos porcentuales más que en 2022) mientras que realizar actividades para mejorar personalmente como leer libros de autoayuda o hacer ejercicios de relajación se sitúa como segunda opción para un 24% de los encuestados (6,9 puntos más que el año anterior).
Paralelamente, un 15,3% de la muestra recurre a la medicación o a los suplementos (frente al 11,5% del estudio pasado) y 11,5% ha buscado la ayuda profesional de psicólogos, porcentaje que es muy similar si se compara con el dato del año anterior.
Por otro lado, los jóvenes y las personas que trabajan y los que perciben su salud de forma positiva, son las que más a menudo realizan acciones para mejorar su bienestar emocional. Los encuestados que perciben su salud emocional de forma más negativa recurren en mayor medida a la medicación, en cuatro de cada diez casos (40,3%) y al psicólogo con una frecuencia del 28,8%.
La situación económica y laboral: este es el factor determinante a la hora de tener un buen estado de salud emocional
Los españoles lo tienen claro: la situación económica y laboral es el factor más importante para conseguir un buen estado de salud emocional (47,5%). Por detrás de este, y con un 44,2%, está la propia actitud ante los problemas, las relaciones sociales con amigos y familiares (37%), la sobrecarga de actividades y tareas (30,6%) y hacer actividades de ocio y deporte (23,3%).
Analizando los datos por género, la mayoría de las diferencias aparecen cuándo hablamos de la importancia que se le da a la propia actitud ante los problemas, que es el factor más importante para las mujeres con un 48,2%, y 39,9% en el caso de los hombres. También se ve diferencia en el peso de las actividades de deporte y ocio, a quienes los hombres le otorgan un 26% de importancia frente a las mujeres cuyo dato desciende hasta el 20,6%.
Por grupos de edad, también se encuentran diferencia entre cuál es el factor más determinante para la salud mental. Así, los jóvenes de 18 a 25 años sitúan las relaciones sociales en primer lugar (51,6%) mientras que para el grupo de personas de 26 a 65 años centran su mayor preocupación en la situación económica (55%). Sin embargo, para los mayores de edad, lo verdaderamente diferencial es la actitud que tiene ante los problemas (47,5%).
Además, para las personas con un peor estado de salud emocional, la situación económica, su actitud ante los problemas y las relaciones sociales, tienen una importancia significativamente mayor que en los grupos que refieren un bienestar emocional más alto.
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