Es obvio y evidente, que las costumbres cambian, en todas las civilizaciones, en unas más que en otras, en casi todas las realidades, en unas más que en otras. El bikini es un ejemplo.
Se han encontrado unas pinturas murales o frisos en culturas greco-antiguas, micénicas o minoicas. No sabemos si personas que se bañan en el/la mar, o si hacían ejercicios acrobáticos. También, no sabemos si representaciones de diosas, con los senos al aire.
Por tanto, indico esta realidad material, aunque, hasta dónde llegan mis conocimientos, no conozco que se sepa del todo su interpretación, y, si esa era una realidad pictórica, pero las mujeres de dicha civilización o de dicho periodo, no hacían esa práctica, o, por el contrario era frecuente. Todo esto, y, más realidades cuándo se visualiza el pasado, es el cocido y la paella de la interpretación histórica. Existe un hecho, unos frisos pintados o pinturas, pero cómo darle la interpretación/exégesis/hermenéutica/heurística correcta, o solo eran pinturas de los gabinetes privados o íntimos de las monarquías del momento, como pasaba en Europa, que las altas clases disponían en sus palacios, alguna habitación con cuadros subido de tono, solo para verlos y mirarlos los varones de la alta cuna de su momento…
Pero no podemos negar, que en unas décadas, pongamos el caso, el siglo veinte, no solo fue un tiempo de grandes revoluciones técnicas y científicas, sino de usos y costumbres de mil modos y temas y maneras, uno de ellos, es el vestido y la ropa, que a su vez, tiene relación con otras realidades y connotaciones y circunstancias y situaciones… ¿Por qué y cómo una parte de la sociedad, que hasta hace un tiempo, obligaba a las mujeres, antes de la guerra incivil civil, que iban casi de negro y vestida hasta casi los tobillos, se fueron reduciendo las alturas de las telas, será porque eran caras y difíciles de adquirir, hasta llegar a minifaldas por la calle, o pantalones tan ajustados que…?
¿Qué cambios antropológicos, psicológicos, sociales, económicos, religiosos, morales, y, todas las demás variables y dimensiones de los saberes ortodoxos, que estudian y analizan estas realidades, se han producido y, que han llegado a esta realidad…?
Una, que no se menciona, es el aumento demográfico, es justo recordar, que antes, hasta hace un siglo, en casi todas las ciudades, el edificio más alto era la torre de la iglesia del lugar o de la catedral, pero que desde empezaron los rascacielos, en el siglo diecinueve, las torres urbanas, sobretodo para negocios amplificaron el poder de presencia en los cielos llenos de viento…? ¿Lo secular era más alto que lo sagrado, en cuando a arquitecturas…?
¿Cómo Europa, fue capaz y dio el paso, de los vestidos de baño, casi todo tapándose, antes de la segunda guerra mundial, especialmente, que a principios de siglos, se puede ver y percibir, en ilustraciones y fotografías, y, se pasó, al bikini y al top less, el primero ya extendido en todas las playas de Europa y Occidente, lo segundo en playas concretas y un paso más el “desnudismo/nudismo en determinados lugares”?
¿Qué cambios psicológicos y todas las demás categorías que estudian el resto de saberes, entre otras humanas y sociales y filosóficas y teológicas y religiosas… se han producido…? En algunas playas, te encuentras familias, en que a distancia de cien metros o cincuenta, una familia, la mujer está completamente tapada, y, se inserta en el misterio del agua salada con sus olas vestida, y, otras mujer, de otra familia, tomando el sol con los pechos al aire… ¿Qué sucederá con este paradigma o encontronazo de placas tectónicas morales y de costumbres, que se pueden reflejar en este caso y ejemplo y costumbre, como signo y símbolo y metáfora…?
Nos hemos encontrado con un notable artículo, firmado por Rosalía Cotelo García, publicado en The Conversatión, el día 16 de julio del 2024, titulado: Bikini y su familia léxica: historia de una palabra atómica, que nos plantea cuestiones filológicas y otras, sobre dicha realidad. Como todo el mundo sabe, es un invento o invención, que se le puso el nombre, porque se pensó, o pensaron que sería un aldabonazo moral y de costumbres y de vestidos, y, se le indicó ese nombre, por los experimentos atómicos, después de la Gran Guerra Mundial, la Segunda, que se hacían en ese atolón denominado Bikini, y, por tanto, se pensó que esa manera de vestir, comparando y analógicamente iba a resultar lo mismo o parecido, un seísmo de cambios de costumbres…
Es curioso, pero llevamos unas semanas, en algunos temas unos meses, que en la publicidad de los medios televisivos, existen una enorme cantidad de anuncios: uno, es comprar coches de segunda mano, segundo, un anuncio de una empresa de seguros, tercero, sobre diversas marcas de preservativos y semejantes.
No recuerdo en mi memoria, de consumidor de televisión generalista, de distintas cadenas, diríamos de información y de entretenimiento y de documentales, jamás, la enorme cantidad de anuncios de este instrumento sexual, en esta fecha, ni en ninguna...
La pregunta es el bikini y el aumento de la práctica sexual, -de ahí, la enorme proliferación de la publicidad del preservativo este verano y determinadas cremas- son dos hechos o datos que se interrelacionan…
O, y, en una sociedad con graves problemas de identidad y autoidentidad como es la española actual, se está utilizando el instrumento de la sexualidad, para que millones de personas se olviden de la realidad sociopolíticas, es como un enorme anestésico colectivo, y, se incentiva para olvidar problemas económicos, políticos, familiares, europeos, etc. ¿…? ¡Paz y bien…!
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