Rebuscando entre mis recuerdos, ha aparecido una foto que me ha retrotraído la friolera de cincuenta y siete años. Dicha instantánea está tomada en la feria de Málaga, cuando aun se celebraba en el parque. Recoge a una de aquellas viejas pandillas que aun perduran en nuestro recuerdo y que motivan el encuentro de los supervivientes los primeros viernes de cada mes.
Personalmente me encontraba en uno de mis mejores momentos, Había despejado de mi cabeza la espada de Damocles del servicio militar y había conseguido un empleo estable en la fábrica más grande de Málaga. Todo me sonreía. Para colmo, había conocido a la que hoy es mi esposa en uno de aquellos guateques veraniegos del Rincón de la Victoria, del que salimos ennoviados más de uno. La foto que comento está tomada una de aquellas noches de agosto. Nuestro periplo ferial era muy sencillo a la vez que fructífero. Comenzábamos, a eso de las once, animando la caseta del Patio Victoriano, donde hacíamos uso de nuestra experiencia musical de la tuna, y conseguíamos gratis las primeras botellas de ”Florestel”. Vueltas y vueltas a las casetas y a la zona de los “carricoches”; visitas periódicas a los puestos de “cuba-libre a duro”. Cuando apretaba el hambre, unos cuantos pollos asados aliviaban la misma. La culminación siempre era en la caseta de “Castellblanch”. No se a quien conocíamos, pero unos verdiales hacían aparecer por encanto un par de botellas de champán rosado totalmente gratis. No había problema para conducir. Volvíamos andando a casa. Así un día tras otro. Un verano y una feria maravillosos. Para mí el más feliz y el más triste de mi vida. Feliz porque me ennovié para siempre. Triste porque a principios del mes de septiembre falleció mi padre repentinamente. Pero esa es otra historia. Vuelvo a la foto que les refería al principio. Alguno de los presentes en la misma ya no se encuentra entre nosotros. Otros se han perdido en el recuerdo. A alguno ni identifico. (Sería un espontáneo). Pero esta foto me ha hecho volver a unos tiempos maravillosos y un verano que marcó mi vida para siempre.
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